El veterinario Alberto Romo L.G.

El veterinario Alberto Romo habla sobre la capacidad de contagio de los estorninos en seres humanos

“La transmisión por heces puede ocurrir a través de los aerosoles, algo que en una ciudad es muy difícil que suceda”, asegura

Jueves, 24 de noviembre 2022, 10:08

Alberto Romo es veterinario en el Centro de Recuperación de Aves de Salamanca. A pesar de que allí solo recibe especies protegidas, conoce muy bien a los estorninos. “Todos los inviernos llegan a los dormitorios de las ciudades, donde encuentran más calor”, expone.

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Las aves en general tienen capacidad para transmitir dos enfermedades a los seres humanos: la gripe aviar y la fiebre del nilo occidental. Hay un protocolo de la Junta sobre gripe aviar que establece el plan de vigilancia en especies silvestres, “y en el listado de especies sensibles no aparecen los estorninos”, detalla Romo.

En todo caso, el veterinario señala que es muy difícil que se contagie esta enfermedad a un humano. “Que aparezca en personas es muy raro, ha habido pocos casos en España. Creo recordar que este año solo se ha registrado uno de un operario de una granja de aves de Guadalajara que tenía contacto estrecho con ellas y en un ambiente cerrado. No obstante, no eran estorninos”, insiste. De producirse un contagio, detalla que suele ser cuando existen heces secas con polvo. “La transmisión puede ocurrir a través de los aerosoles, algo que en una ciudad es muy difícil que suceda. Es algo rarísimo y excepcional”.

La segunda enfermedad que pueden transmitir las aves es la fiebre del nilo occidental. En este caso tampoco hay constancia de que se hayan producido contagios a través de los estorninos, que no tienen posibilidad de transmitir el virus directamente, sino a través de un vector. Se trata de un mosquito que primero tiene que picar a un ave afectada y después a un ser humano.

“No hay estudios a nivel nacional de que los estorninos hayan protagonizado alguna transmisión de este tipo, algo que es más difícil en el caso de Salamanca debido a que el mosquito desaparece en los fríos inviernos de la provincia”, detalla el profesional, momento precisamente en el que se incrementa la presencia de esta especie en las zonas urbanas. Preguntado sobre la posibilidad de que las heces puedan provocar contagios de fiebre del nilo occidental, el veterinario salmantino también es claro: “no hay peligro”.

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Alberto Romo recuerda que precisamente en el Centro de Recuperación de Aves en el que trabaja se detectó un ejemplar con fiebre del nilo. “Fue un azor hallado en la localidad de Fuenteguinaldo. Lo remitieron al Centro de Recuperación y, según Romo, llamó la atención el estado del ave. “Por eso remitimos el análisis al laboratorio, que confirmó el caso”, recuerda.

Fue a principios de septiembre de este año cuando se determinó que se trataba del Linaje 1. Cabe destacar que este fue el primer caso de fiebre del nilo occidental detectado en Salamanca. La detección de este caso y otro anterior de Extremadura este año se ha producido gracias a la implementación del Programa nacional de vigilancia de la FNO en animales aplicado en España, que establece las bases de la vigilancia de dicha enfermedad en nuestro país con la recogida de muestras de équidos, aves y mosquitos. Los resultados sirven a las autoridades como sistema de alerta precoz de presencia de la enfermedad en personas.

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