El Rastro sigue siendo una parada habitual para los salmantinos CUESTA

El Rastro de Salamanca se hunde por la pandemia

El control de aforo y el descenso de clientes reduce la facturación en un 80%

Lunes, 7 de diciembre 2020, 10:55

La pandemia ha tenido una importante incidencia sobre las ventas en el Rastro. Debido al estado de alarma, estuvo suspendido hasta el 5 de julio con reducción del aforo, distribución de geles hidroalcohólico en las entradas y otras medidas de seguridad. El 30 de agosto volvió a ‘cerrarse’ para cumplir con las exigencias de la Junta de Castilla y León.

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La segunda vuelta del Rastro ha provocado una caída de las ventas del 80%, según calculan los responsables de los puestos. Esto se debe fundamentalmente al descenso en el número de personas y a las restricciones que limitan el número de asistentes, a pesar de ser al aire libre. “No baja la gente porque tienen mucho miedo, y por lo tanto, no hay ventas. Estamos perdiendo dinero y venimos porque tenemos que venir, no por las ventas”, explica Isabel Bermúdez.

El portavoz de los vendedores, Luis Bermúdez, señala que este mes coincidirá con el pago de las tasas anuales en los distintos mercadillos de la provincia lo que provoca que estén aún más ahogados. “Estamos sacando ropa del invierno pasado porque aún no hemos sido capaces de darle salida aún”, lamenta.

No obstante, agradecen que el Ayuntamiento les condonara el impuesto a principios de año al no haber podido trabajar: 258 euros. “El Ayuntamiento se ha portado muy bien con nosotros, pagamos el impuesto a principios de año y nos lo devolvieron porque no pudimos trabajar”, declara Adela, una de las vendedoras.

Los consumidores han notado la ausencia de muchos puestos, pero están contentos con la seguridad que existe en el Rastro y coinciden en que los precios de los productos han bajado. “Preferimos venir aquí porque estamos al aire libre”, confiesan Manoli y Lorenzo.

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La Asociación de Vendedores Ambulantes ha llegado a un acuerdo para poder contratar a seis personas para que las medidas de seguridad se lleven a cabo cada domingo.

A la hora de valorar el futuro son conscientes de que la recuperación va a ser difícil. “Pienso que después del Covid vamos a tardar mucho en recuperarnos, pero es nuestro negocio y con el tiempo lo conseguiremos”, explica Belén, otra de las vendedoras. Debido a la influencia de la crisis en su negocio solicitan ayudas para aliviar la delicada situación que les ha provocado el Covid. Por ello, piden que el Gobierno aporte alguna subvención a los sectores que más están sufriendo con el Covid, como el suyo. Tal es la situación que muchos vendedores han pensado en dejar la venta ambulante y dedicarse a otra actividad. De hecho, algunos ya lo compatibilizan con otras ocupaciones durante el resto de la semana. Consideran que el Rastro no es lo que era antes y ahora con el Covid menos todavía. Por todo ello, admiten, la resignación es la causa común de la mayoría de vendedores, que reconoce los problemas para encontrar otro trabajo. “En todas las actividades la situación está casi igual y apenas nos dan oportunidades”.

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