Los comercios de alimentación respiran una mayor calma respecto a las anteriores semanas tras las numerosas ventas y el incesante trabajo, aunque sigue recibiendo a numerosos clientes cada día. Los empleados y dueños ya temen por un mes de enero que “va a ser difícil” según señalan desde algunos puestos.
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El previsible descenso se ha materializado a lo largo de esta semana. Carnes, pescados y mariscos han disminuido su precio notablemente, algo que supone una alegría para el consumidor y también para los vendedores de los puestos, ya que lo ven como un incentivo para que las ventas no desciendan velozmente durante el duro mes de enero.
Este es el caso del pescado y del marisco. La bajada ha supuesto de media de 10 euros el kilo en estos productos, a excepción de la merluza. El personal de las pescaderías espera que esa bajada pueda materializarse en un mayor número de ventas durante la tortuosa cuesta de enero, aunque aseguran que siempre es un mes complicado para el género, alegando que “el pescado y el marisco suele escasear ya que salen menos barcos y se producen menos capturas”.
El mejillón ha sido uno de los productos estrella de esta Navidad y se ha mantenido en su precio habitual de casi 4 euros el kilo. Además, en los puestos aseguran que este año el género “ha venido buenísimo”.
En las carnicerías también ha sido palpable la bajada, principalmente en el precio del tostón, que está a 60 euros la pieza. El lechazo también ha sufrido una variación en su precio, las piernas y paletas rozaban los once y doce euros respectivamente durante la semana pasada y están a diez euros el kilo ambas. Muchos clientes han optado por comprar carrilleras para sus cenas de Navidad y para servir en la mesa por “ser una carne barata, resultona y socorrida” según el dependiente de una de las carnicerías que aseguraba que con diez euros podías obtener más de un kilo de esta carne.
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El queso sigue manteniendo un precio que lleva tres semanas estancado. Un producto que cualquiera tiene a la mesa y que sufrió una subida muy notable en la primera semana del mes de diciembre por la escasez de leche y el aumento del precio de la misma.
La fresa baja prácticamente a la mitad. La semana pasada el kilo rondaba los cinco y seis euros el kilo y se encuentra en 3,50 euros.
“Ahora la gente consume sobre todo verdura, después de las comilonas hay que bajar las calorías”, aseguró el dueño de una de las fruterías haciendo alusión a lo que prevén en las próximas semanas. La venta de especias también aumentó durante la Navidad y ahora se ha estancado, ya que muchas personas aprovecharon esas fechas señaladas para renovar y ampliar su armario.
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