Domingo, 30 de octubre 2022, 14:56
Cumplida su primera década de historia, la trayectoria del IBSAL (Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca) es imponente desde todos los puntos de vista: un constante crecimiento y, sobre todo, un impacto en la sanidad salmantina impagable.
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Cientos de pacientes se han beneficiado durante estos años de los tratamientos más novedosos que se investigaron y desarrollaron en el IBSAL, pero serán muchos más enfermos los que se beneficien en los años venideros de esos avances que se testaron en Salamanca hasta convertirse en una realidad.
La unión de Sacyl -a través del Hospital y Atención Primaria- la Universidad y el CSIC da forma al epicentro de la innovación científica en Castilla y León: el IBSAL.
Las cifras del Instituto hablan por sí solas. En el año 2014 contaba con un presupuesto de 2,6 millones de euros. El de este año es de casi 9 millones. Una notable cantidad que se consigue, en su mayoría, a través de proyectos de investigación públicos.
Todo los ingresos que los investigadores del IBSAL generan se reinvierten en nuevos recursos humanos y materiales para que el crecimiento no cese. Los cerca de 80 grupos de investigación que ahora tiene el IBSAL aglutinan a más de 800 investigadores, cuando en el año 2014 eran 557. Esto supone que el impacto que es capaz de generar el IBSAL con sus proyectos e investigaciones se ha duplicado durante este periodo. Se estrenó con un factor de impacto de 1.411 y el pasado año superó los 2.700. El Instituto salmantino logra cada año más publicaciones y cada una de ellas es mucho más relevante para la comunidad científica.
Los proyectos de investigación que el IBSAL es capaz de mantener activos cada año también se han duplicado desde los inicios. En 2014, cuando recibió la acreditación del Instituto de Salud Carlos III, manejaba 44 proyectos que son una importante cifra, pero que quedan ensombrecidos por los 96 proyectos activos en los que se trabajó el pasado año.
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Además, de los proyectos, el IBSAL cuenta por cientos los ensayos y estudios en los que participa: 355 ensayos clínicos con pacientes que se benefician de fármacos que aún no han llegado al mercado, y otros 154 estudios observacionales.
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¿Qué ha supuesto para Salamanca contar con un instituto como el IBSAL?
El IBSAL ha cambiado la sanidad salmantina porque ha puesto en comunicación directa y en colaboración los pilares para poder ofrecer una sanidad excelente: la investigación básica, la traslacional y la clínica. Sin olvidar la labor educativa y de divulgación de esta estrategia de colaboración entre los estudiantes de la Universidad, que serán la generación del futuro, y hay que educarlos desde pequeños. El IBSAL ha contribuido a que lo que los pacientes salmantinos reciben sea una sanidad excelente y basada en evidencia, y esta evidencia, en algunas ocasiones, se ha generado desde aquí. Basada en estudios preclínicos que han conducido a ensayos clínicos que han generado nuevos tratamientos para nuestros pacientes con mucha investigación traslacional para optimizar los tratamientos y generar marcadores de respuesta.
¿Habría sido diferente la evolución de la sanidad salmantina?
Si no hubiera existido el IBSAL nos hubiéramos perdido muchas cosas: profesionales, y especialmente la posibilidad de colaborar de manera transversal entre diferentes grupos de investigación. Se han creado sinergias que, quizás, si no hubiera existido el IBSAL no hubieran sido posibles por falta de comunicación, pero tampoco sé como hubiéramos sobrevivido sin todo el equipo que tanto soporte y ayuda nos da en la gestión de proyectos, gestión de ensayos clínicos, etc. Realmente no me imagino como pudimos sobrevivir antes de su creación.
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¿A qué tiene que aspirar ahora el instituto?
El IBSAL ha crecido de una manera exponencial durante estos últimos diez años por lo que un crecimiento a la misma velocidad en los próximos 10 años sería, igual, poco realista. Por ello, debe aspirar a consolidar la posición que tenemos ahora mismo, analizando bien los grupos más potentes y los que puedan beneficiarse de mayor soporte y ayuda para que todos los grupos de investigación en el IBSAL sean grupos de excelencia. Se debe continuar potenciando la interacción y la creación de sinergias entre los distintos grupos. Un aspecto clave también es potenciar a los grupos emergentes, a la gente más joven que serán la nueva generación del IBSAL para contagiarles del espíritu del Instituto: que los que hacen actividad clínica, piensen en estudios traslacionales y los que hacen investigación básica piensen en la traslacional y clínica. Esa es la única manera de continuar con la misión del IBSAL que nos ha guiado durante los últimos 10 años y que nos permitirá seguir creciendo y, sobre todo, contribuyendo a mejorar la sanidad de los pacientes.
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¿De qué manera el IBSAL ha cambiado la sanidad de la provincia?
El IBSAL ha supuesto, por un lado, la organización de la investigación que se realizaba en Salamanca, en diferentes grupos y áreas y la creación de un entorno que favorece las interrelaciones entre ellos. También se ha facilitado un soporte para la consecución y gestión de proyectos, cada vez de mayor envergadura, en los que se ha ido implicando a un número importante de profesionales asistenciales, tanto del Hospital como de Atención Primaria y de diferentes grupos profesionales, como pueden ser médicos, farmacéuticos, enfermeros, etc. Esta organización ha supuesto un crecimiento exponencial de la actividad investigadora con el consiguiente incremento en la captación de recursos para la provincia. Este hecho ha supuesto un aumento importante de recursos puestos al servicio de la sanidad salmantina, con el objetivo de mejorar la investigación en la resolución de problemas de salud.
¿Qué nos habríamos perdido de no haberse creado?
De no haberse constituido el IBSAL, continuarían solo algunos grupos con una actividad de investigación de excelencia y el resto no podría llegar a ese nivel por la falta de soporte, tanto en la consecución de proyectos como interacciones que facilitan la progresión como en la gestión de los proyectos. Por lo tanto, el número de investigadores implicados en actividades de investigación hubiera sido mucho menor y la transferencia de resultados de investigación a la práctica clínica también.
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¿Cuáles deben ser los pasos a dar en la próxima década?
Podemos considerar que en la actualidad es un instituto de investigación situado en un nivel medio alto entre los Institutos acreditados por el Carlos III en España. Este Instituto tiene capacidad en recursos humanos y captación de recursos materiales para poder posicionarse entre los mejores institutos de este país, y esa es una de las aspiraciones. No obstante, todavía quedan muchos profesionales sanitarios con capacidad de aportar sus conocimientos y trabajos en el campo de la investigación, que no están incorporados a los grupos del IBSAL y ese es uno de los retos que tenemos, el de integrar talento. Otro reto, y muy importante, sería el incremento de la internacionalización, pues, aunque hay ya grupos con potentes relaciones internacionales, esto no es generalizable. Competir por los fondos europeos podría ser una inyección importante de recursos para la institución que facilitaría el crecimiento del instituto en todos sus aspectos. La traslación a la practica clínica de los conocimientos generados, es un reto importante al que tenemos que aspirar.
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