Lunes, 15 de agosto 2022, 12:55
“Riega tus árboles. Riega Garrido”. Es el “hashtag”, la etiqueta, con la que la asociación Garrido Contigo inició hace tan solo unos días una campaña para animar a los vecinos del barrio más populoso de la ciudad a regar la vegetación de la zona puesto que, según explican en Facebook y Twitter, “debido a las altísimas temperaturas que estamos soportando este verano, los árboles se están secando”.
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Ciertamente para muchos ejemplares de la ciudad el otoño se ha adelantado y han iniciado una defoliación —caída prematura de las hojas—. Los propios técnicos municipales de Parques y Jardines reconocen que las sucesivas olas de calor sí están teniendo ese efecto en algunas especies de hoja caduca, pero aseguran, en un informe de la Concejalía de Medio Ambiente al que ha tenido acceso este periódico, que “no sería cierto aludir a que los árboles están secos” y añaden que “se debe a un hecho puntual que en ningún caso se debe a falta de riego”.
El concepto de estrés térmico tan manido este verano también afecta a la vegetación. “Es cierto que en episodios de altas temperaturas y sequedad ambiental, se produce en general en el arbolado un efecto denominado estrés térmico ante el cual los árboles responden de diversas maneras (quemaduras o amarronamiento en hojas, defoliación y pérdida de parte de su masa foliar) secado de brotes tiernos... No es cuestión de falta de riego y es importante insistir en ello, como se puede constatar viendo que árboles en pradera que se riegan diariamente también lo padecen; sí es cierto que la falta de humedad en el suelo agravan esta situación”, recalcan desde la concejalía a cuyo frente se encuentra la edil Miryam Rodríguez.
Ante las grandes oscilaciones térmicas de la pasada primavera, las altas temperaturas del verano y las tormentas, los árboles, explican los técnicos municipales, también han optado por regular su consumo de energía. Y una forma de hacerlo es reduciendo su masa foliar.
Cierto es que cuando los árboles son jóvenes o tienen menos de dos años estas situaciones de falta de agua —en la capital no ha llovido durante 47 días seguidos, desde el 23 de junio hasta el 11 de agosto— pueden ponerlos en riesgo. Pero, según el Consistorio, “la mayoría de árboles ya están establecidos y aclimatados y en el caso de las nuevas plantaciones realizadas en la ciudad, se riegan periódicamente al menos durante los dos primeros años y, de manera continuada, en el caso de jardineras, macetas,...”.
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Para darse situaciones que dañaran seriamente al árbol o lo pusieran en mayor riesgo, deberían darse temperaturas muy extremas y de manera muy prolongada, y desde la Concejalía apuntan que ese “no es el caso que nos ocupa”. Para tratar de explicar que la defoliación forma parte de la autorregulación de la energía que realizan los propios árboles, ponen como ejemplo los árboles que se encuentran fuera del casco urbano y que, aunque nadie se encarga de regarlos y sufren el mismo estrés térmico, no se secan ya que se trata de ejemplares consolidados que se adaptan gestionando su energía para superar condiciones extremas de falta de agua.
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