Lunes, 9 de agosto 2021, 21:21
La Ley de Cambio Climático impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y que entró en vigor el pasado 22 de mayo, obliga a los municipios de más de 50.000 habitantes a establecer Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) antes ... de 2023. En la actualidad, grandes capitales como Madrid y Barcelona ya aplican -cada uno a su manera- las Zonas de Bajas Emisiones que restringen en distintos niveles el tráfico a los vehículos más contaminantes en función de sus etiquetas medioambientales (Cero Emisiones, Eco, C y B), la contaminación del aire diaria y la congestión del tráfico por días y horas. No podrían acceder los vehículos más contaminantes sin etiqueta como los de gasolina anteriores al año 2000 y los diésel anteriores a 2006. Sin embargo, el Ministerio trabaja ya en unas directrices para unificar criterios.
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El Ayuntamiento de Salamanca, que lleva años ampliando el número de calles peatonales en el casco histórico, y es pionero -respecto a otros municipios de las mismas dimensiones y habitantes- en la implantación de zonas residencias limitadas a 20 km/hora y recientemente con vías de doble carril por sentido limitadas a 30 km/hora, ya tiene listo su plan para instaurar la Zona de Bajas Emisiones en el casco histórico. Un ambicioso proyecto valorado en casi 7 millones de euros que ha presentado a la convocatoria de ayudas procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos europeos.
El objetivo principal del Consistorio es acelerar la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, que sería en su mayor parte peatonal y estaría delimitada por el propio casco histórico de la ciudad. Esta área restringida a vehículos contaminantes se enmarcaría en la “almendra central” de la capital, limitada por el perímetro de la primera vía de ronda (Gran Vía, Canalejas, Mirat, Carmelitas y Rector Esperabé). A ello se sumaría la peatonalización de seis nuevos itinerarios del casco histórico, actualmente abiertos al tráfico general, donde sólo se permitiría el tráfico para acceder a parkings públicos y garajes privados en el interior de edificios así como a vehículos autorizados.
Para potenciar la medida anterior, el Ayuntamiento, según explica en su proyecto al que ha tenido acceso este periódico, priorizará el autobús urbano y la movilidad en bicicleta y en los vehículos de movilidad personal como alternativa al coche privado en el interior del casco urbano y hasta la segunda vía de ronda. También fomentará la transición del transporte público de viajeros y mercancías hacia el modelo de cero emisiones. En la propuesta presentada a la convocatoria de ayudas se incluye de forma adicional la digitalización de los servicios públicos de transporte.
Cabe matizar que el proyecto, según explican desde el Ayuntamiento, está supeditado a la concesión de la ayuda de los fondos europeos y en caso de no ser aprobado, el plan sería asumido por el Consistorio aunque tendría que ser con menor inversión de la prevista inicialmente.
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En su proyecto, el Consistorio sólo detalla que restringirá el acceso a a la “almendra central” de la capital “según el tipo de vehículo o por su sistema de propulsión, su antigüedad, etc.” y que “estas limitaciones podrán ampliarse cuando los niveles de polución así lo recomienden”.
Para ello se instalarán sensores y medidores de la calidad del aire, de CO2, de emisiones de vehículos individualizados, de ruido... y también innovadores sistemas para controlar las infracciones de aparcamiento, vehículos no autorizados o emisiones. Fundamental será también informar en tiempo real a los conductores de las plazas disponibles de aparcamiento, la calidad del aire en cada momento y el nivel de las restricciones. Para ello se utilizarán los 14 paneles informativos ubicados por toda la ciudad y se creará una página web y una aplicación móvil donde poder consultar toda esta información.
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Para lograr que los salmantinos usen cada vez menos su vehículo para moverse por la ciudad y apuesten por el autobús urbano o la bicicleta, el Ayuntamiento plantea en su proyecto carriles exclusivos para el autobús y vías reservadas para bicis y patinetes eléctricos (tanto en nuevos trazados como diferenciando un carril exclusivo con un pavimento diferente o señalizado). Se potenciarán los aparcamientos de vehículos en la periferia, para dejar el coche cerca de una parada de autobús y de las cabeceras de las diferentes líneas. También se crearán más bases de alquiler de bicicletas y aparcamientos seguros para bicicletas y patinetes.
Las empresas de reparto de mercancías y de paquetería también tendrán que adaptarse para poder acceder a la Zona de Bajas Emisiones con vehículos ecológicos. Por ello, el proyecto del Consistorio aboga por mejorar la distribución urbana de mercancías con los llamados ‘minihubs’ o pequeños almacenes ubicados en el centro urbano para almacenar mercancías, con puntos de recogida y la implantación de zonas de carga y descarga. En lo que se refiere a la flota de autobuses urbanos, se comprarían nuevos vehículos eléctricos, híbridos enchufables e impulsados por hidrógeno, y se adaptarían las cocheras para la recarga.
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A ello se suma de forma adicional, la mejora de la accesibilidad para las personas con movilidad reducida, discapacidad o necesidades especiales en el transporte urbano.
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