Miércoles, 22 de febrero 2023, 15:26
No quiere ni dar su nombre, porque ya se teme lo peor. Teme posibles represalias. Solo desea recuperar su piso y olvidarse cuanto antes de un calvario que se ha alargado cuatro años. “No duermo por la intranquilidad. Encima no puedo hacer nada ni ... pasar por el piso. Un día fui y me echó a empujones y pegó un portazo. Casi me rompe la puerta”. A sus 76 años a este viudo quien le roba el sueño es su inquilina. Lleva cuatro años sin pagarle el alquiler y no consigue que abandone del inmueble.
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A finales de 2008 le arrendó por 370 euros al mes a una mujer de más de 60 años el piso de tres habitaciones que tiene en Garrido. El contrato está inscrito desde entonces en la Registro de la Propiedad. Acababa de reformar el inmueble completamente. “Ella me pagó un solo mes”, explica. Después un familiar asumió otras dos mensualidades. “Luego me dijo que ya no iba a pagar más porque a él también le debía dinero”, recuerda. Desde entonces no ha vuelto a ver ni un euro, no le abona ni siquiera la tasa de recogida de basura. Llegó a plantearle que alquilase otra habitación del piso para poder hacer frente a los pagos, pero ella, que vive sola, se negó.
Al principio fue comprensivo a pesar de que su inquilina tenía ingresos. Según asegura, cobra una pensión que casi duplica el importe del alquiler y recibe también apoyo económico de sus hijos. Después llegó la pandemia y retrasó la vía judicial. Y ciertamente no acudió a un abogado hasta principios del pasado año. El juicio se señaló inicialmente para junio de 2022, pero la denunciada alegó, a través de un abogado de oficio, su situación de vulnerabilidad económica. Por este motivo y conforme a lo que establece la medida excepcional que adoptó el Gobierno de Pedro Sánchez al inicio de la pandemia y ha continuado prorrogando, el procedimiento de desahucio queda suspendido hasta contar con un informe de los servicios sociales del Ayuntamiento en el se que evalúen sus circunstancias sociales y económicas. La nueva fecha prevista para la celebración del juicio es el 7 de marzo, un año después de emprender el procedimiento judicial, según confirma también su abogado.
“Es una vergüenza. Soy un señor que ha trabajado toda la jodida vida. No entiendo que podamos llevar así cuatro años. No comprendo estas leyes que han salido nuevas”, comenta desesperado este salmantino que, pese a que lleva años alquilando sus tres viviendas, no se había encontrado hasta ahora en una situación similar. “¿Cómo me voy a sentir con este Gobierno que no hacen nada por nadie? Y es que mi caso no es único. Conozco a otra persona que le pasa igual que a mí. Le deben dos años y no es capaz de echarla. Ni jueces ni abogados, ni nada de nada”, denuncia indignado. “Vive uno con los nervios de punta. Encima de que le arreglé todo el piso... No puedo ni pisar por él a la espera de que se celebre el juicio. Antes de iniciar el proceso judicial, un día que fui a pedirle lo que me debe, me echó de la casa. «Vete de aquí que no te quiero ni ver», me dijo, dos empujones me dio, y pegó un portazo. Ha salido a mal con los vecinos. No se habla con nadie”, narra. “El Gobierno no protege nada. Nos tienen abandonados a todos los que tenemos un piso que hemos conseguido trabajando toda la vida”, asegura indignado.
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