Esmeralda Molina y Juan Antonio Polo en las cocinas de la escuela en la que compaginan sus estudios con el trabajo en la hostería salmantina.

Dos jóvenes recién llegados a la hostelería: “A veces parecemos tercermundistas y nos tratan sin respeto”

Juan Antonio Polo y Esmeralda Molina acaban de incorporarse a la hostelería y analizan cómo está el sector

Viernes, 28 de octubre 2022, 19:53

Juan Antonio Polo y Esmeralda Molina son dos jóvenes cocineros que trabajan los fines de semana en restaurantes de la ciudad mientras acaban sus estudios en la escuela. Son conscientes de las dificultades que tienen las personas de su edad para acceder al mercado laboral ... y que la hostelería es una profesión con enormes salidas. Pero no es oro todo lo que reluce. “Al cocinero hay que valorarle. Parecemos a veces tercermundistasy no se nos trata con el respeto que tenemos de ahí que mucha gente decida no trabajar”, señala Juan Antonio Polo.

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Con apenas 25 años, Polo, un joven extremeño afincado en Salamanca reconoce que se trata de una profesión dura que todo el mundo cuando decide entrar en ella debe saberlo, pero es consciente de que en muchas ocasiones no recibe el respaldo económico que merece: “No tenemos el sueldo que un trabajo como este requiere, porque hay que darse cuenta de que cuando todo el mundo está de fiesta el cocinero y el camarero están trabajando para que ellos disfruten”.

Juan Antonio Polo cree que a día de hoy una persona que se decante por estudiar hostelería lo hace “o porque ha nacido en una familia en la que sus padres o abuelos se han dedicado a ello o porque es una vocación”. Su inclusión al mercado laboral ha sido “sencilla” y todos los compañeros cocineros acceden al mercado laboral “sin problemas”. Sin embargo hay un buen número de profesionales que declinan ofertas de empleo porque no perciben el salario esperado.

Compañera de Polo en la escuela es Esmeralda Molina. A sus 19 años trabaja en un restaurante de Salamanca, compaginándolo con los estudios: “Llevo ya tres años trabajando en la hostelería y es verdad lo que dice mi compañero de que debemos hacernos valorar mucho más”. “En este sector mucha gente está en el paro porque están obligados a trabajar 10 horas y se les paga media jornada, y eso no puede ser”, indica esta joven, a la que su pasión por la cocina se le percibe a primera vista.

Los dos jóvenes sueñan laboralmente con hacer su carrera en un gran restaurante poniendo en él todos los conocimientos adquiridos. Indican que cada vez los jóvenes llegan mucho más preparados al mundo de la hostelería, pero reconocen que son más exigentes que muchas de las personas que llevan tiempo trabajando en este sector y que tienen que sacar adelante a sus familias. Esmeralda Molina tiene claro que amigos y gente de su edad pide un trabajo en bares “porque sabe que es un dinero fácil”, aunque manifiesta que es temporal y que se debe diferenciar entre estas personas y quienes vocacionalmente han decidido estudiar para convertirse en profesionales de un sector servicios del que cada vez más gente termina huyendo por las dificultades para conciliar.

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