Lunes, 24 de enero 2022, 11:09
Como biólogo que es, siempre ha sido un apasionado del campo y asegura que sabe disfrutar de la naturaleza como nadie. “Voy andando y voy diciendo el nombre de las plantas y animales que veo”, ríe. Pero en los últimos tiempos ha encontrado una fórmula mágica para compaginar su pasión por el turismo con la calma que le da respirar aire puro. Así, hace dos años el salmantino Juan Vicente Pérez decidió reunir un puñado de ahorros e invertir en una autocaravana. “Es lo mejor del mundo”, reconoce.
Publicidad
Como él, cada vez son más los que optan por este tipo de vehículos autónomos, tal y como reflejan los datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar). En Castilla y León las matriculaciones de autocaravanas y cámper aumentaron un 21,38% en 2021 en comparación con el año anterior y alcanzaron los 386 vehículos, 68 más que en 2020. En Salamanca se registraron 47 nuevos. Sin duda la pandemia es la culpable de estas buenas cifras, apuntan los profesionales del sector, y muchos han sido los que se han decantado por ellas al considerar que su reducido espacio a modo de hogar era más seguro que otras alternativas de alojamiento. Juan Vicente lo tiene claro: “La población, para evitar contagios, ha salido más al aire libre y gracias a la pandemia se ha dado cuenta de lo que hay más allá de las ciudades. Con la covid la gente ha empezado a apreciar el campo y de ahí el incremento de autocaravanas”.
Y es que si hay algo que tiene claro el salmantino, de 68 años, es que su uso engancha. “Es una forma de vida muy bonita, diferente. Duermes en la naturaleza, en el sitio de donde venimos, nuestro origen. Además vienen perfectamente equipada y tienes tu ducha, tu salón, tu calefacción incluso...”, relata. “También es cierto que te tiene que gustar porque tiene cosas negativas. Cada cierto tiempo hay que vaciar aguas grises y negras, el precio de la gasolina es elevado, una autocaravana tiene un alto coste... Pero para mí los beneficios superan con creces a los perjuicios”, dice.
Precisamente gracias a ella este tiempo de pandemia ha podido grabar en su retina paisajes “maravillosos” de Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Bélgica, Holanda o Francia. “Este verano en Holanda pasamos con la autocaravana por uno de los diques, paramos allí, comimos tranquilamente, vimos cómo abrían las puertas y pasaba el agua... Fue precioso”, afirma. Además, reconoce que el colectivo “es gente muy sociable”. “Nos ayudamos en todo lo que podemos e incluso en carretera nos saludamos”.
Por eso lamenta que en España no se trate a los autocaravanistas como lo hacen en otros países europeos, donde sí les valoran como turismo. “Hay veces que nos discriminan. En ocasiones nos tratan mal, nos ven como gente rara. En muchos sitios no nos dejan parar y hay que decir que somos unos turistas más y consumimos. Si nos piden 15 euros por un área para caravanas los pagamos encantados. Tenemos poder adquisitivo. No todo el mundo puede permitirse tener este tipo de vehículos que cuestan de 50.000 euros en adelante solo para ocio”. En esta línea, lamenta que Salamanca aún no tenga una de estas áreas. “Es lamentable”, concluye.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.