Martes, 28 de diciembre 2021, 19:19
Agustín Casillas nació en Salamanca el 2 de octubre de 1921 y murió el 9 de noviembre de 2016. Este año se cumple el centenario de su nacimiento. Ayuntamiento de Salamanca y Diputación Provincial se han unido para organizar la exposición que luce en las plantas de la Torre de los Anaya.
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La exposición está planteada por temáticas, en cinco grandes apartados que se distribuyen por las salas en bloques. Los apartados son: Cabezas temáticas (7 piezas), personajes literarios (4 piezas), figuras religiosas (8 piezas), hombres de la tierra (18 piezas) y figuras femeninas (20 piezas). A estas 42 esculturas hay que añadir 6 relieves y 20 dibujos que se distribuirán en función de los espacios.
Agustín Casillas trabajó numerosos materiales de los que se exhiben en la muestra: barro cocido, hormigón policromado, bronce, alabastro y escayola. La materia básica de sus trabajos fue la arcilla con la que modelaba las obras. De ahí sacaba el molde de escayola que luego rellenaba de la materia definitiva, que, en muchos casos se fundió en bronce.
El legado de Agustín Casillas es el de una enciclopedia completa de nuestra historia contemporánea, un espejo lúcido de lo que somos los castellanos, los salmantinos. Toda una colección de optimismo en un momento en el que el país necesita una mirada casillesca que destense la situación complicada y marrullera que nos toca pasar a todos.
Es la oportunidad de disfrutar de la obra de un artista universal que entendió y personificó rasgos tan salmantinos como los valores de la tierra, la amistad, el acogimiento y la integridad. Se hace necesario un puñado de agustines para ser capaces de inventarnos a nosotros mismos.
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Agustín Casillas tenía lo más difícil como artista y que solo consiguen unos cuantos, una perspectiva sobre la realidad del momento y ser capaz de reflejar en su obra lo que pasa por el filtro de su identidad y visión.
Ahora cabe preguntarse qué escultura realizaría en estos tiempos Agustín Casillas.
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El artista forma parte, no solo de nuestra cultura como pueblo, sino que también forma parte de nuestra memoria sentimental y patrimonio de todos.
La obra que se exhibe de Agustín Casillas en esta muestra es solo una parte de su legado, que llena las calles de la ciudad, que se disfruta en Castilla y León, en España y en el mundo. Un gran trabajo que pide a gritos una ubicación definitiva para el disfrute de sus paisanos y la admiración visitante, un museo del que no nos cansaremos de reivindicar desde estas atalayas.
La exposición se abre con la escultura “El dolor”, una obra elaborada el recuerdo de su madre Andrea, que lució en el cementerio de Salamanca donde ahora volverá al hall del tanatorio.
La muestra se extiende por dos amplias salas y está dividida en cinco grandes grupos, los que trabajó esencialmente el escultor.
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La estilización de la figura femenina: Casillas trató con sutileza la figura de la mujer: maternidades, amantes, sirenas, náyades, niñas... En este apartado destacan piezas como: Bañista con toalla, sirena en el puerto, Leda y el cisne, Bañista sentada, Nocturna, Talía, Dama estilizada, Elegancia (una bellísima pieza tallada en alabastro) y proyecto para acantilado.
Personajes de nuestra tierra: Enamorado de Salamanca y su provincia fue un admirador de los hombres y mujeres de Salamanca: Sembrador, El magistrado, El cacique, Campesino con aguijada y recatón, Pastor con honda y zurrón, Pastor en oteo, Homenaje al arado romano, Campesino con azadón y podón; El Segador.
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Cabezas con simbología: En estos trabajos se muestra su admiración por los personajes: Diego de Torres y Villarroel, que muestra en la parta trasera características de su amplia personalidad, fue torero, astrónomo, cura, quiromántico; Ramón María del Valle Inclán, en cuya escultura está el homenaje a las cuatro sonatas; Miguel de Unamuno, un personaje que le fascinó, con la cabeza apoyada en uno de sus múltiples libros; Las cabezas del hombre y la mujer llamadas de la tierra, elaboradas con barro refractario y arenisca, que en sus rostro llevan labrado los surcos del trabajo y del paso del tiempo.
Del mundo de la literatura, como lector incansable, Agustín Casillas reflejó en sus obras a personajes salmantinos como El Lazarillo, probablemente su obra más emblemática y ubicada junto al Puente Romano, La Celestina, que se encuentra en el Huerto de Calisto y Melibea, La Pícara Justina y el estudiante fullero.
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Entre los personajes religiosos, no faltan en la exposición personajes religiosos como La Soledad, obra que es Premio Nacional de Escultura, San Francisco de Asís, San Juan de la Cruz, Cabeza de Cristo.
Además hay que incluir la obra inédita: Alegoría de Salamanca, una escultura en escayola policromada de una charra que muestra en su mandil la fachada de la Universidad de Salamanca y en sus cintas, frutos de la tierra y divisas de las ganaderías salmantinas.
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Completan la muestra seis relieves costumbristas como Hospitalidad Charra, que luce en el Hotel Regio a tamaño natural; Emigrantes, El Juego de la Calva; Salmantinos de El Rebollar.
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