Domingo, 6 de noviembre 2022, 21:56
Como cada año, la Sociedad San Vicente de Paúl ya tiene en marcha el Rastrillo Solidario en favor de los más necesitados.
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“Llevamos 15 años y la gente está esperando el Rastrillo para venir”, afirma Ana Torrecilla, encargada del mercadillo solidario. Todo lo que venden es donado: muebles, vajillas, cristalería, juegos de café, cuadros, juguetes, ropa... Salvo alguna excepción, ya que, según la encargada, “aquí lo único que se hacen son mantas, cojines, mantelerías, pañitos de mesa y cosas por el estilo que elaboramos nosotras en los talleres”.
La recaudación obtenida va destinada a las obras sociales con las que colaboran como, por ejemplo, el Banco de Alimentos o los diversos cursos que desarrollan: el taller de hogar de mayores, cuya función consiste en que las personas de edad avanzada desarrollen diversas actividades como la relajación o los ejercicios de memoria; y el de cocina con una duración de tres meses.
Emilia Rodríguez es una clienta habitual: “Vengo desde hace cuatro años, siempre que lo ponen. El año pasado compré una toalla, una cazadora...”. No tiene una prioridad establecida antes de acudir a este establecimiento: “Quiero algo que me llame la atención”, aclara. Se declara “fan” de las antigüedades que disponen: “Tienen cosas muy monas que no ves en las tiendas habituales”.
Todo esfuerzo tiene su recompensa y bien lo sabe Sagrario Cantillo, una de las dependientas del Rastrillo: “Merece la pena porque tratamos de sacar el máximo posible para ayudar. Nosotras mismas traemos cosas y todo por una buena causa, sino esto no tendría sentido”. Sobre el tipo de clientes que acuden, reconoce que son de todas las edades, “muy variado”.
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“Esto se hace en beneficio de muchas personas que no tienen para vivir”, expresa Gene Bajo, colaboradora de la iniciativa. “Hice varias donaciones. Por ejemplo, traje un abrigo sin estrenar, un álbum para fotos, unos platos... En casa tenemos muchas cosas que no usamos”.
Angelita Rodríguez, otra de las dependientas, lo tiene claro: “Esto no es un negocio, es una obra de caridad y, encima, tradicional”.
El local se encuentra en la calle Azafranal, número 26, y está abierto hasta el próximo día 13. Se podrá visitar por las mañanas de 11:00 a 13:30 horas y por las tardes de 17:00 a 21:00 horas.
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