El presidente Sandro Rosell invitó al palco a Policarpo Sánchez a quien le agradeció sus revelaciones e invitó a continuar colaborando con la entidad | ARCHIVO
Los descubrimientos de Sánchez recibieron un amplio eco en los principales medios catalanes | ARCHIVO
Los descubrimientos de Sánchez recibieron un amplio eco en los principales medios catalanes | ARCHIVO
El Archivo de Salamanca conservó los carnés de seis de los empleados del F.C. Barcelona que que acreditaban su aflliación en 1936 al Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI) | ARCHIVO

Así se salvó el Barça en el 36: las pruebas durmieron 75 años en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca

El club culé estuvo a punto de ser incautado por la CNT en la Guerra Civil. Una hábil argucia de sus empleados lo impidió. Los documentos fueron hallados en 2011 en Salamanca

Miércoles, 26 de abril 2023, 20:27

Ni los culés ni los charros fueron conscientes de ello, pero Salamanca conservó durante años en su entonces llamado Archivo Histórico Nacional Sección Guerra Civil los documentos que confirmaban la astuta maniobra que emplearon los empleados del Fútbol Club Barcelona tras el golpe de 1936 para evitar su desaparición. Y las pruebas fueron desveladas por el investigador salmantino Policarpo Sánchez.

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Hoy corren otros tiempos convulsos para el club blaugrana, inmerso en una grave crisis institucional y de credibilidad a partir de las revelaciones sobre los sospechosos pagos realizados al exárbitro Enríquez Negreira que están siendo investigados por Hacienda por posible corrupción. Sin embargo, parece que la supervivencia de la entidad no está amenazada, como sí lo estuvo hace 87 años, cuando el estallido bélico contra la República urdido por una parte del Ejército desató una cruenta guerra civil que hizo temblar a la mayoría de las instituciones.

La guerra sorprendió al Barça de vacaciones tras concluir la temporada 1935-36. El club había cedido algunas instalaciones a los atletas que iban a participar en Olimpiada Popular que debía inaugurarse el 19 de julio en el estadio de Montjuich, como respuesta a los Juegos de Berlín. Aunque el territorio de Cataluña se mantuvo fiel a la República, el caos generado por la revuelta impulsó a los obreros que había ayudado a derrotar a los insurrectos a hacerse con el control de muchos pueblos y ciudades. Se colectivizaban desde empresas a comedores populares. La estética obrera predominaba en las calles, todo lo que pudiera tener aire burgués se escondía. Y el Barça no podía eludir ese contexto de tensión.

Tras dos semanas de actividad paralizada en el club, a primeros de agosto de 1936 empezó a correr la noticia de la desaparición del presidente Josep Sunyol. Aún no se sabía que el también diputado a Cortes por ERC había sido fusilado en Guadarrama. Fue entonces cuando un joven atleta, Ángel Mur, alertó de que miembros de la CNT estaban colocando letreros que anunciaban que el campo de Las Corts había sido confiscado por el sindicato anarquista. Mur percibió la amenaza y llamó a las oficinas del club donde habló con el secretario general Rossend Calvet. En ese momento, los empleados tomaron la decisión inmediata de constituirse en comité de trabajadores, en acuerdo con los directivos para así evitar que la entidad pudiera ser objeto de incautación por las fueras obreras. Así quedó recogido en el libro de actas del club, con fecha 15 de agosto.

Tres empleados del club, Rossend Calvet, Josep Farré y Josep Pujol, fueron elegidos como integrantes del primer comité por los nueve trabajadores que en ese momento se encontraban en las dependencias del club de los 15 con que contaba la entidad. Había que actuar con urgencia y solo unos días después se contactó con los trabajadores que cuidaban del campo de las Corts y de unas pistas de tenis. El comité quedó entonces ampliado a cinco miembros: Pedro Ballarín, Manuel Bassols, Rossend Calvet, Ángel Mur y Ángel Sánchez, quienes representaban proporcionalmente a los afiliados a CNT y UGT.

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Entre 26.000 nombres

En la primavera de 2009, Policarpo Sánchez consultaba documentos y legajos en el Archivo de la calle Gibraltar para una investigación sobre los trabajadores en el sector del cine durante los años de la guerra que estaban afiliados al Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI), vinculado a la UGT. Repasando listados de hasta 26.000 nombres con “aportaciones a las víctimas del fascismo” fue cuando encontró al Fútbol Club Barcelona.

El hallazgo despertó la curiosidad del investigador salmantino –y seguidor barcelonista– que decidió emprender una investigación paralela hasta dar con los números de socios del CADCI de seis empleados del Barça y terminó por encontrar su documentación y desvelar sus rostros y datos personales.

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Pese a los estrechos vínculos que había mantenido en los últimos años el Barcelona con este colectivo sindical [su presidente entre 1920 y 1932, Francesc Xavier Casals, pasó a ser directivo del club en 1934] el nuevo comité necesitaba atar todos los cabos en los estamentos del club para evitar riesgos, así que logró el compromiso de los jugadores para recortarse el sueldo e integró a tres representantes de la masa social para implicarles en las decisiones.

Con las competiciones nacionales suspendidas por la guerra, el Barcelona encontraría su salvación económica lanzándose de mayo a septiembre a disputar una gira de partidos por México y Estados Unidos que reportó los necesarios ingresos. Al regreso, y una vez disipada la amenaza de la CNT, el comité interino devolvió el mando del club “a sus legales representantes”.

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De héroe a villano

El Fútbol Club Barcelona y la prensa catalana festejaron en abril de 2011 los hallazgos del investigador salmantino en el Archivo de Salamanca, lugar donde el régimen de Franco custodió a partir de 1938 los documentos de carácter político y social incautados a los republicanos. Para las fechas en las que se produjo el hallazgo, abril y mayo de 2009, Policarpo Sánchez llevaba ya cerca de diez años trabajando en el antiguo Colegio de San Ambrosio enfrascado en varias investigaciones por encargo de varios partidos y sindicatos y era ya un experto conocedor de la documentación que allí se conservaba. Pocos meses después, en agosto, la Generalitat comenzó la digitalización y el traslado de esas y otras muchas cajas sin hacer un inventario previo, lo que despertó las sospechas de Sánchez, tal y como denunció en abril de 2011 en su primera entrevista sobre el tema en LA GACETA.

Fueron las concesiones políticas que Zapatero realizó a la Generalitat y el traslado en masa a Cataluña de cajas de documentos “a peso” sin conocer el contenido lo que impulsaría después a Policarpo Sánchez a emprender el movimiento “Salvar el Archivo de Salamanca” contra el atropello manifiesto. El héroe del Barça pasó a convertirse en ‘villano’ a ojos de muchos catalanistas mal informados. El resto ya es historia.

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