Jueves, 27 de octubre 2022, 00:43
Desde hace semanas una manada de jabalíes campa por el parque de Huerta Otea, convirtiéndose en objetivo de las cámaras de los salmantinos que pasean por esta zona. Una llamativa estampa teniendo en cuenta que se trata de un área verde muy utilizada por los salmantinos y próxima a zonas habitadas.
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Para evitar posibles peligros con estos animales salvajes, una empresa especializada trabaja desde el viernes pasado en la zona para capturarlos. El objetivo es retirar a los ejemplares que se han visto en este área próxima al río Tormes. Para ello se cerró el parque la noche del viernes, así como todas las de esta semana. Un trabajo intenso, tedioso y de mucha paciencia que hasta este miércoles solo dio resultado en una ocasión: el viernes cuando se capturó a uno de los seis jabalíes avistados.
El resto de noches la tarea de los profesionales se ha vuelto a repetir, cerrando el acceso al parque a partir de las siete de la tarde y hasta las nueve de la mañana. Utilizan dos jaulas en las que introducen, entre otros cebos, un melón para atraer a los animales. Además, en su furgoneta se puede ver con claridad un ahuyentador digital.
A la complicación de la tarea se une que los operarios tienen que cumplir con todas las normativas vigentes. La de Bienestar Animal en relación a las condiciones de transporte, la que regula aspectos de patrimonio y la biodiversidad, así como la de cada ley autonómica. En este caso, como el jabalí es una especie cinegética, hay que cumplir la ley de Caza y de Gestión Sostenible de los Recursos Cinegéticos de Castilla y León.
La normativa permite ejecutar acciones dirigidas a reducir el número de animales para evitar situaciones como, en este caso, que puedan ser perjudiciales para la salud y la seguridad de las personas. Esta misma ley considera los núcleos urbanos como zona de seguridad en los que la caza está prohibida por ser terrenos no cinegéticos. No es la primera vez que el Ayuntamiento se tiene que coordinar con la Junta para expulsar a los jabalíes. La última vez fue antes de los fuegos artificiales de Ferias, cuando se tomó la decisión de expulsarlos para evitar posibles problemas con la manada. Durante el verano fueron habituales las imágenes en redes sociales de cinco ejemplares en las proximidades de las instalaciones deportivas, así como de una madre con varios jabatos atravesando la carretera junto a la iglesia Nueva del Arrabal.
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A lo largo del verano se han realizado diferentes intervenciones vinculadas al asentamiento de una manada en el tramo del Tormes más cercano al centro de la capital. Incluso se han visto ejemplares de jabalíes nadando en el entorno del puente de Felipe VI.
Sin mucho éxito, la Administración autonómica ya dio vía libre en agosto de 2018 al Consistorio para que capturase a otros jabalíes “urbanitas” que se asentaron a orillas del Tormes. Autorizó el control poblacional de estos animales por razones de seguridad pública, pero la empresa que contrató el Consistorio entonces no llegó a atraparlos y finalmente abandonaron la zona.
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