Plaza del Mercado Viejo a principios del XX cuando se comenzó a construir el puente Enrique Estevan.
La Casa Lis en una imagen de Gombau.

Así cambió el entorno del Puente Romano de Salamanca

Desde el siglo XII el barrio de Santiago formó parte de la ciudad. A finales del XX se eliminaron las viviendas populares y edificios industriales de gran valor histórico

Jueves, 22 de octubre 2020, 12:05

Hasta los años sesenta el viajero que entraba por Salamanca por el Puente Romano se topaba, una vez cruzado, con el caserío del arrabal de Santiago. El barrio de Santiago formó parte de la ciudad desde al menos el siglo XII, cuando ya aparece citada ... la iglesia homónima en el Fuero de Salamanca. Alrededor de la iglesia se agrupaba un nutrido grupo de callejuelas y viviendas donde convivieron durante siglos lavanderas, curtidores y pescadores. Era una barriada muy popular, donde se mezclaban viviendas familiares con modestas fábricas de curtidos. A finales del siglo XIX, al lado de las humildes tenerías, surgieron importantes fábricas de curtidos como la de Miguel de Lis o la de los Llorente.

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En 1957 la iglesia de Santiago fue objeto de una reforma muy poco respetuosa con su aspecto original y, veinte años después, comenzó la eliminación de los edificios que la rodeaban, desapareciendo con ello el arrabal de Santiago y las tenerías de la Ribera de Curtidores. Se eliminó así un conjunto de viviendas populares y de edificios industriales de gran valor histórico para la ciudad.

El paisaje actual ha dejado a la iglesia de Santiago aislada en medio de zonas verdes, el Puente Romano, el verraco vetón y la escultura del Lazarillo de Tormes.

Lo que se mantienen son las casas adosadas a la muralla que algunas conservan las inscripciones de sus primitivos propietarios y la fecha en la que fueron levantadas entre los siglos XVIII y XIX. Hoy restauradas son una reliquia de este barrio.

Unos metros más allá de la iglesia de Santiago se ubica la plaza del Mercado Viejo. A principios del siglo XX ya no existían ni el teso de San Nicolás ni la pequeña iglesia románica que le había dado nombre. La iglesia sirvió durante varios siglos de teatro anatómico de la Facultad de Medicina, pero las frecuentes inundaciones de la zona provocaron su abandono y demolición.

Las que se mantienen son las casas adosadas a la muralla que algunas conservan las inscripciones de sus primitivos propietarios

En 1882 se construye la fábrica de harinas El Sur, emplazada sobre una de las aceñas históricas de la ciudad, la del Muradal, y poco después la fábrica de electricidad La Unión Salmantina. El desarrollo industrial del Tormes provocó una profunda transformación del paisaje que chocó con los usos tradicionales de la ribera. En 1914, Félix Herrera adquiere parte de los terrenos municipales para edificar su fábrica de curtidos, convertida desde hace años en la Casa-Escuela Santiago Uno de los Escolapios.

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Los viejos edificios industriales fueron remodelados para acoger el Casino del Tormes y el Museo de Automoción. Espacios de ocio y cultura que transformaron el barrio para ser una de las zonas más cotizadas de la ciudad por sus vistas.

Protagonista de esas vistas se sitúa la Casa Lis. A finales del siglo XIX, el industrial del curtido Miguel de Lis, entusiasmado con las nuevas corrientes artísticas que había conocido en sus viajes por Europa, encarga al arquitecto jerezano Joaquín de Vargas Aguirre, de la Diputación, la construcción de su residencia en la zona meridional de la ciudad.

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En un atractivo mirador natural, Vargas construyó una fachada con elegantes galerías de hierro y cristal, en origen con ventanales sin la policromía actual. Tenía un patio abierto interior con un jardín y una fuente. El edificio se finalizó en 1905 y fue inaugurado en 1906 con una misa celebrada por el obispo. Lastimosamente su propietario falleció poco después de acabada la obra y la casa tuvo más tarde varios inquilinos, entre ellos varias generaciones de la familia del rector Esperabé. Fue abandonada, ocupada por mendigos hasta ser adquirida por el Ayuntamiento de Salamanca y desde 1995 es el Museo de Ar Nouveau y Art Decó.

La iglesia de mozárabes y peregrinos

Fue en 1965 cuando se restauró la iglesia de Santiago y realmente fue una nueva construcción. Era la vieja parroquia de los mozárabes y su estilo obedecía al mudéjar. Incluso conservó derecho de asilo hasta finales del siglo XVIII. Las crecidas del río afectaron a su estructura y la falta de mantenimiento abocó el templo a la ruina. El arquitecto Anselmo Arenillas transformó el edificio, prescindió de su torre, modificó los accesos y creó un cimborrio. El templo conserva la titulación jacobea en Salamanca y los peregrinos pasan por allí en su Ruta de la Plata.

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