Domingo, 23 de enero 2022, 21:19
En el verano de 2019 conocieron a unos padres de la Asociación para la Inclusión Real de las Personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) de Toledo y pensaron: “¿Por qué no tener nuestro propio proyecto?”. Fue entonces cuando un grupo de padres y madres se puso manos a la obra y decidió unirse para luchar por la educación inclusiva de este colectivo. Así nace en Salamanca, la Asociación para la Inclusión de las Personas con Autismo (AIPA), una agrupación que partiendo del conocimiento y la sensibilización quiere ayudar a personas con TEA a mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
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Y es que quién mejor que ellos para asesorar después de todo lo que han aprendido con su propia experiencia. “Somos conscientes de que muchos de nosotros nos enfrentamos a las mismas dificultades y muchas de ellas surgen del desconocimiento. La gran mayoría de los padres hemos tenido más de una experiencia desagradable que se podría haber evitado si existiese una mayor concienciación social sobre el autismo”, asegura la presidenta de AIPA, Antonia Atienza.
Por ello, el objetivo inicial de la asociación es ofrecer formación gratuita y recursos para la comunidad educativa, ya que han detectado que en muchos centros ordinarios donde están escolarizados niños y niñas con autismo no tienen formación especializada en TEA ni en sus implicaciones dentro del proceso de aprendizaje.
Precisamente en lo que a los obstáculos se refiere, Antonia indica que en las aulas se encuentran barreras como la falta de formación especializada del personal docente, modelos educativos que buscan la uniformidad del grupo-clase; criterios, pautas y hábitos excluyentes; y falta de recursos humanos, técnicos y financieros. “En muchas ocasiones el sistema tiende a recomendar el traslado de los alumnas con TEA a centros de educación especial. Los centros educativos tienen la difícil labor de asegurar una educación de calidad para todos independientemente de sus características individuales. Se debe garantizar la igualdad de oportunidades para todos los alumnos respetando y poniendo en valor las diferencias sin juzgarlas, y para poder dar respuesta a todos se necesita formación. En el caso de los alumnos con TEA las propias características de la condición van a modular sus posibilidades de aprendizaje. Por ello es necesario conocerlas y dotarse de estrategias y herramientas efectivas”, argumenta.
Al respecto, desde la asociación apuntan que los niños con TEA suelen sufrir acoso escolar con más frecuencia que sus compañeros. “El 46,3% de los niños con TEA sufre bullying, frente al 10,6% de los niños sin discapacidad, según la guía editada por la Confederación Autismo España. Nosotros queremos contribuir a que la inclusión sea real. Es necesario que toda la comunidad educativa se implique para poder dar respuesta a sus necesidades específicas, potenciar sus fortalezas y eliminar las barreras que impliquen su desarrollo. Contamos con un buen personal docente, implicado en mejorar la enseñanza, que también demanda formación especializada para poder atender a este colectivo”.
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Pero para ello también es necesario que la sociedad en general tome consciencia, ya que, aunque cada vez hay un mayor nivel de conocimiento, aún existen muchas creencias erróneas o mitos. En primer lugar, hay que decir de forma clara, apunta la presidenta, que el autismo no es una enfermedad, es una condición. “Hay demasiados estereotipos erróneos. Por ejemplo, se piensa que a las personas con autismo les gusta estar solas, y esto no es así, quieren tener amigos aunque tengan dificultades para hacerlo. Es importante saber que tienen dificultades en la comunicación verbal y no verbal, en la interacción social, tienen rigidez de pensamiento y comportamiento... Además algunas personas con TEA presentan alteraciones en el procesamiento de los estímulos sensoriales. Pero también tienen capacidades muy valorables, y en ocasiones sorprendentes como la meticulosidad, la curiosidad por temas muy específicos, un conocimiento especializado sobre temas de su interés, sinceridad, honestidad, respeto, buena adaptación y seguimiento de las rutinas... Para favorecer la inclusión de estas personas debemos promover una imagen positiva y realista de sus capacidades”.
Como no podía ser de otra forma, la detección temprana en este ámbito también es fundamental y precisamente sobre este tema han querido realizar la primera formación impartida desde la asociación (con 210 inscritos) a cargo de la psicóloga especialista en autismo Sara Manso de Dios. La charla, que se desarrollará hoy sábado a las 10:00 horas a través de la plataforma Zoom, está dirigida a personal docente y en ella se intentarán dar las claves para saber cuándo estos profesionales deben alertar a las familias para que lleven a su hijo o hija a un especialista con el fin de obtener el diagnóstico, un proceso que cada persona vive de una forma diferente y que para la mayoría es un “alivio” al haber encontrado repuestas. “A aquellas familias que estén pasando ahora por ello les animaría a implicarse cada día en la evolución de su hijo, en adquirir recursos y habilidades y también en disfrutar. Y sobre todo que no comparen a su hijo con otros, cada niño es único”, concluye Atienza.
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