Sábado, 16 de marzo 2019, 12:35
“Todo el proceso judicial ha sido muy lento. Llevamos más de tres años y medio luchando para recuperar el edificio. Hemos pasado un calvario y empezamos a ver la luz al final del túnel”, reseña uno de los propietarios de los pisos que se convirtieron en una trinchera por parte de las familias okupas que durante estos años se adueñaron de este bloque de la urbanización La Reguera en Nuevo Naharros.
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La próxima semana se llevará a cabo la subasta de las 24 viviendas del inmueble propiedad de un promotor, de las que salían hace apenas un año, las 23 familias de etnia gitana que habían generado numerosos daños en las instalaciones, servicios y conexiones generales y que incluso acumulaban 43 denuncias ante la Guardia Civil por parte del resto de los propietarios.
El cambio ha sido “de 180 grados”, según afirma una vecina, que insiste: “Estamos tranquilos. La convivencia entre los propietarios y las cuatro familias que están alquiladas ahora es buena”.
De las 44 viviendas que componen el bloque hay 18 habitadas, 14 por sus propietarios y el resto en alquiler. Esta situación cambiará a partir del día 22, cuando salgan a subasta 24 pisos por precios entre 64.000 y 128.000 euros, 21 garajes valorados en 7.260 euros y 24 trasteros por un precio estimado de 1.640 euros.
La crisis final en el edificio se vivió a finales de febrero del pasado año cuando las empresas suministradoras de gas y luz eliminaron los enganches ilegales provocando la indignación de los conflictivos inquilinos, que intentaron tener un suministro mínimo mediante un generador.
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