Son muchos los alcaldes de municipios de la provincia de Salamanca que ven las medidas restrictivas con buenos ojos en base a las preocupantes cifras de contagios, que evolucionan desfavorablemente en esta tercera ola. En algunas localidades se invita a sus vecinos incluso al confinamiento voluntario.
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Antes de anunciarse las medidas excepcionales por parte del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, algunos alcaldes de municipios grandes recibieron la llamada del propio presidente del Gobierno regional, Alfonso Fernández Mañueco, para transmitirles la decisión mientras que el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, el delegado territorial del Gobierno regional. Eloy Ruiz, contactaron con otros alcaldes.
Así las cosas, regidores como el mirobrigense Marcos Iglesias van más allá y sugieren que las medidas frente al coronavirus sigan una unidad a nivel nacional. “La incidencia era muy alta, nuestra ciudad está en unos niveles de transmisión comunitaria, tenemos la responsabilidad colectiva de luchar contra el virus”, afirmó.
Los alcaldes han comprendido las normas, aunque en el caso de las pequeñas localidades, no se va a notar dado que los negocios que hay son tiendas, panaderías o farmacias y esas pueden funcionar igual. Es el caso de Santibáñez de Béjar o Puente del Congosto, donde, además, los bares ya estaban cerrados. En el caso de Puente del Congosto, la terraza había cerrado ya unos diez días atrás.
En cuanto a la ciudad de Béjar, la pandemia se suma a la crisis económica y laboral que la ciudad arrastra desde hace décadas. La alcaldesa bejarana, María Elena Martín, considera que “cada vez que hay un cierre, hay que intentar compensar para que esa actividad no se caiga definitivamente” y aseguró que, en el caso de Béjar, “es darnos la puntilla” en una situación que considera “terrible”. La regidora apeló a la responsabilidad para que los bejaranos eviten juntarse con gente y realizar actividades porque “deberíamos salir de casa lo menos posible y encontrarse con cuanta menos gente, mejor” porque la ciudad cuenta con numerosos casos positivos que, indudablemente, han llevado a la Junta a incluir a Béjar en los municipios con medidas excepcionales.
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Desde Guijuelo se entienden también las medidas que se han adoptado y que van a poder permitir a la industria agroalimentaria la actividad normal en plena campaña de sacrificio de bellota, tal y como cree el alcalde, Roberto Martín. Y es que la particularidad de Guijuelo es la alta movilidad en el primer trimestre del año, con cifras que oscilan entre las 10.000 y las 20.000 personas. Un alto porcentaje se dedican a la industria cárnica que es considerado un sector esencial. Por tanto, un cierre perimetral como algunas personas temían no iba a influir en frenar la alta movilidad. Los que sí lo han sufrido serán los establecimientos hosteleros y las tiendas de ropa, calzado o similares, que tendrán que cerrar dos horas antes.
El tándem turismo y hostelería son una potente fuente de ingresos en Ledesma, pero tras la llamada al autoconfinamiento de la pasada semana del Consistorio quedaban pocos establecimientos hosteleros abiertos, apenas unos pocos con sus terrazas que van a ser los más afectados por los cambios, aunque algunos aseguran que “había muy poca gente a la que dar servicio. Se notaba mucho la medida de petición para que la gente se quedase en casa”.
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