Sábado, 18 de marzo 2023, 13:41
En la recta final de la que ha sido su primera legislatura como alcalde y la segunda como edil de la Corporación municipal mirobrigense, Marcos Iglesias Caridad, afronta a diario el difícil reto de mejorar una ciudad histórica y repleta de patrimonio que “es necesario no solo proteger y preservar sino también embellecerlo”.
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¿Qué caracteriza a Ciudad Rodrigo a nivel patrimonial?
—La Ciudad Rodrigo actual está marcada de manera intrínseca e inseparable por su destacada importancia histórica de más de ocho siglos de acontecimientos que han ido dando forma a la ciudad que ha llegado hasta nosotros y que nos vemos en la obligación de conservar, mantener y, dentro de las posibilidades, mejorar. Una ciudad histórica con un casco amurallado que tiene sus peculiaridades y ante las que hay que prestar una especial atención. Si bien, desde el equipo municipal de gobierno se ha llegado a todos los barrios durante los últimos casi cuatro años, tampoco nos hemos olvidado del recinto histórico que ha recibido y sigue recibiendo una atención constante.
La Muralla, principal monumento, ¿qué necesidades tiene?
—Las necesidades de la Muralla están de plena actualidad pero es algo en lo que llevamos insistiendo desde hace tiempo. Más allá de las necesarias y obligadas obras de emergencia que ahora se han emprendido por parte del Ministerio de Cultura, si bien después de que desde el Ayuntamiento se reivindicara con casi machacona insistencia, la Muralla mirobrigense tiene que contar con un Plan Director, un documento que analice, que estudie en profundidad la problemática de su conservación y, al mismo tiempo, establezca una línea de actuación a lo largo del tiempo con su correspondiente dotación económica. La Muralla no puede depender de que se derrumbe un tramo del lienzo o de que se pidan obras de urgencia, debe estar atendida por la que es la administración competente y titular del bien, el Gobierno central y el Ministerio de Cultura. Queremos para la Muralla algo similar a lo que por experiencia hemos visto que ha funcionado bien, un Plan Director como el que a lo largo de casi dos décadas viene desarrollando la Junta de Castilla y León en la Catedral.
¿Puede afirmar que el Ayuntamiento se ha preocupado por el patrimonio?
—Por supuesto, en estos años de Legislatura se han emprendido numerosas acciones tendentes a mejorar el patrimonio monumental, tanto en su conservación como en su imagen. Entre otras intervenciones, desde el Ayuntamiento hemos impulsado la primera fase de la rehabilitación de la plaza de Amayuelas, un espacio de gran trascendencia histórica, en él se sitúa la conocida como “brecha pequeña” de la Muralla y en esta primera fase se ha realizado un proyecto de envergadura con el que se ha buscado destacar el evento histórico que fue la entrada de las tropas de Wellington, desde entonces Duque de Ciudad Rodrigo, para liberar a la plaza de las tropas napoleónicas. Pero no nos quedamos solo en los principales monumentos de la ciudad, sino que a lo largo de estos años nos hemos preocupado de mejorar la imagen del casco histórico, al igual que hacemos con los barrios, reurbanizando calles principales para realzar nuestro patrimonio. De esta forma, se han llevado a cabo la renovación de la calle San Juan, que ha supuesto un antes y un después en la actividad económica de esta céntrica vía. De igual forma, se está ya terminando el proyecto de rehabilitación del Campo de Carniceros, un lugar que estaba infrautilizado a nivel turístico y que sin embargo forma parte de una de las principales rutas entre la Plaza Mayor y la Muralla. A nivel estético, se ha mejorado considerablemente la imagen de la plazuela del Buen Alcalde, renovando el arbolado existente precisamente para que el entorno monumental de esta plazoleta luciera aún más. Finalmente, se está terminando también la reforma de la planta baja de la Casa Consistorial para hacerla más accesible al ciudadano y mejorar los servicios que se prestan.
Además de lo realizado, ¿qué proyectos tiene encima de la mesa?
—A muy corto plazo, se comenzará con la reurbanización de la Rúa del Sol, otra de las vías que salen de la Plaza Mayor, y que ofrecerá la misma imagen de modernidad y respeto al patrimonio histórico que la renovada y próxima calle San Juan. Se trata, en definitiva, de mimar el patrimonio, de realizar un gestión municipal hacia un urbanismo más accesible en el entorno histórico.
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¿Puede ser Ciudad Rodrigo algún día Patrimonio Mundial?
—Estamos trabajando de manera decidida para incorporar a Ciudad Rodrigo en la candidatura de portuguesa de ciudades abaluartadas. Es un proceso complicado, pero que esperamos que se puede lograr. Esta candidatura portuguesa abre la puerta a Ciudad Rodrigo, mostrando su interés en que nosotros nos sumemos para de la mano de la Junta de Castilla y León acudir al Gobierno central para que nos proponga para unirnos a esa candidatura de ciudades abaluartadas. Para conseguir la declaración por la Unesco, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo encargó la elaboración de un estudio y dossier que avala la categoría de la fortificación mirobrigense, uniéndose a las localidades portuguesas, entre las que está Almeida, que están tramitando la declaración de Patrimonio de la Humanidad para las ciudades abaluartadas.
A nivel de protección, ¿qué se ha hecho desde el Consistorio?
—En esta legislatura hemos conseguido gracias a un intenso trabajo de relaciones institucionales algo muy importante, desbloquear ante la Consejería de Cultura de la Junta el trámite y llegar hasta la incoación del expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural con Carácter Inmaterial (BIC) para la labor tradicional de la construcción de los tablaos de la Plaza Mayor para el Carnaval del Toro. Una declaración que se producirá en breve y que supone la conservación para futuras generaciones de una forma de construcción de la Plaza que tiene una historia acreditada documentalmente de siglos. Al mismo tiempo, el reconocimiento para los constructores de los tablaos incrementa la importancia y repercusión del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo.
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Ha hablado del Carnaval del Toro, ¿cómo está el trámite de su declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional?
—Es un trámite complicado, más después del cambio de la norma estatal en 2019, pero se están dando importantes pasos adelante, con un trabajo constante desde el equipo municipal de gobierno para cumplir con uno de los pocos requisitos que quedan por justificar. Un Carnaval del Toro que, de facto, ya es una fiesta internacional, que cuenta con una dilatada y constante historia que se remonta hasta el siglo XV y que congrega cada año a miles de personas llegadas desde todos los puntos del globo. Ahora, el trabajo se centra en conseguir la repercusión mediática que exige la regulación, publicaciones en medios nacionales de otros países.
¿Qué queda por hacer?
—En materia de Patrimonio, en Ciudad Rodrigo siempre queda mucho por hacer debido precisamente al tratarse de una ciudad con un amplísimo patrimonio tanto monumental como inmaterial, y estamos pendientes de conseguir la declaración BIC para el acueducto de San Giraldo. En 2021 la Junta de Castilla y León contrató la realización de un estudio técnico de esta gran obra de ingeniería del siglo XVI como pieza fundamental para la conducción de agua desde la dehesa de La Aceñuela hasta la ciudad.
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