Lunes, 6 de julio 2020, 20:16
Primer fin de semana de julio y los primeros visitantes del verano empiezan a llegar a la mayoría de los pueblos de la provincia. Muchos Ayuntamientos ya han cubierto con creces las expectativas que habían puesto en este verano atípico donde han llegado a duplicar su población con respecto a julio de años anteriores. La actual situación económica, con muchos trabajadores afectados por un ERTE, también es uno de los factores para apostar por las semanas de vacaciones en el pueblo, en compañía de la familia, y con menos gastos que en otros destinos vacacionales.
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Las primeras señales de la llegada de estos veraneantes pasan por el aumento de tráfico en las autovías y carreteras secundarias, así como en la afluencia de gente en comercios y terrazas. En el caso de localidades tan turísticas como Béjar y Candelario el aumento del trasiego de tráfico ya se ha dejado notar y durante el fin de semana, tanto piscinas como zonas de baño han sido espacios muy buscados. El Tormes, a su paso por Puente del Congosto, también se ha convertido en un atractivo para personas de los pueblos y comarcas cercanas que ya han llegado para instalarse en las casas de veraneo. En Ciudad Rodrigo el punto clave para los visitantes estivales del municipio y localidades cercanas y los vecinos sigue siendo la pesquera, en la que se puede medir también el aumento de bañistas foráneos.
Municipios más pequeños, como Aldeanueva de Figueroa, ya han recibido más de medio centenar de veraneantes llegados desde Torrelavega o desde Madrid. Como asegura la alcaldesa, Candelas González: “Ya va llegando la gente, se notaba ya la semana pasada”, aunque lo normal es que la llegada de estos visitantes fuera en agosto que es cuando el municipio triplica la población. Algo similar pasa en Calzada de Valdunciel donde, aunque es más habitual ver llegar a los turistas en agosto, ya han deshecho las maletas “la tercera parte de los turistas que se esperan para el verano”, destacó el alcalde, Román Hernández.
Quizás el caso más llamativo es el de Valdelosa, donde con el verano todavía en pañales se ha doblado la población habitual y ha pasado de albergar 400 personas a 900, algo que se nota tanto en el consumo de agua, que se ha duplicado, como en la retirada de mucha más basura. “Tenemos el pueblo prácticamente lleno sobre todo de niños” explica el regidor, Manuel de Prada. La mayoría de las casas de veraneo ya están abiertas aunque otros años la gente llegaba en agosto fundamentalmente del País Vasco y Madrid.
En la comarca de Alba, destaca cada año la localidad de Valdecarros: “Aquí viene mucha gente del norte así que sobre todo se nota en agosto que es cuando cierran las fábricas”, explica la alcaldesa, Leire Hernández. De la misma manera señaló que el mayor flujo de visitantes se producirá “más adelante”, aunque “muchos ya están en el pueblo”.
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