Lunes, 28 de marzo 2022, 14:15
Los vetones poblaron gran parte de la provincia hasta la llegada de los romanos a partir del siglo V a.C. De su paso por Salamanca dan cuenta sus asentamientos y también los verracos, esculturas de piedra en forma de toro o cerdo, que en su día sirvieron para delimitar los terrenos y que al final acabaron teniendo un sentido místico.
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En la provincia hay catalogados alrededor de 40 verracos, entre ellos los tres últimos descubrimientos confirmados por el equipo de la Universidad Autónoma de Madrid, que trabaja en la actualización de este inventario con las nuevas piezas halladas en escombreras, en el lecho de ríos o incluso formando parte de otras edificaciones, como murallas, torres de iglesias o viviendas. “Este fue el caso del verraco que se encontró en Barquilla (perteneciente a Villar de la Yegua)”, explica el profesor Gregorio Manglano, “que fue localizado en la pared de una casa que fue derribada y que hoy se encuentra en un pueblo de León”.
Los hallazgos más recientes en la provincia han vuelto a tener al Castro de Irueña, en Fuenteguinaldo, como epicentro. “En 2021 la Asociación de Amigos del Castro localizó un trozo de papada de un bóvido que no se corresponde con la famosa ‘Yegua’, que está completa, lo que nos hace creer que hubo más verracos”, explica Manglano. También en Irueña, aunque unos años antes, la misma asociación encontró otro importante hallazgo: “Se localizaron las patas delanteras de otra escultura, que creemos que podrían corresponder con un verraco que se daba por desaparecido”.
El descubrimiento más importante, sin embargo, fue el tronco que se halló en 2020 durante una intervención arqueológica en la calle Libreros de la capital salmantina. “Apareció un roca con una forma específica que se asemejaba al tronco de un animal. Lo vimos en el Museo de Salamanca y pudimos ver marcado en la piedra el arranque del cuello y de las extremidades. Lo normal es que estas piezas se realizaran en granito pero la de Salamanca está hecha en arenisca, lo que hace que sea aún más especial”, reconoce Manglano, que explica que el siguiente paso es sacar una muestra del entorno del casco urbano “y ver si coincide con la escultura para conocer así su procedencia”.
El profesor destaca además otra de las particularidades de los verranos que se han encontrado en la provincia. “Casi dos terceras partes son cerdos o jabalíes y no toros, como suele ser lo habitual”. La razón, explica, es sencilla: “Los vetones criaban en Salamanca cerdos y creían que estas esculturas les servían de protección”.
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