Las múltiples opciones turísticas de este municipio salmantino

Villanueva del Conde siempre ha tenido mucho que ofrecer, pero sus atributos ganan atractivo en tiempo de COVID. Esta localidad serrana repleta de encantos cuenta con una distribución de sus casas en forma de núcleo amurallado, una estructura defensiva que deja resguardados sus patios interiores, a los que solo se puede acceder desde los propios hogares o mediante tres accesos — “callejinas”—, construidos bajo las mismas y que permiten a sus vecinos atravesar el pueblo de lado a lado sin dar rodeos.

El visitante dispone además de múltiples opciones de turismo: la ermita del Humilladero, la iglesia parroquial —ambas del siglo XVII—, la bodega y las muchas fuentes y pilares que llenan de vida al municipio. La naturaleza regala al turista, además, una piscina natural, y hermosas rutas senderistas como la conocida bajo el nombre de Camino de los Prodigios, que combina arte y naturaleza.

Dicha ruta de tipo circular tiene un recorrido de diez kilómetros, una duración de unas cuatro horas, dificultad media-alta, y permite, de manera muy provechosa, detenerse en la bodega ecológica de Villanueva antes mencionada. Además de la voluptuosa flora y los caminos empedrados, el sendero está salpicado de obras de arte modernista que se mimetizan y armonizan perfectamente con el entorno. Montañas, robles, castaños y bosques arropan el trayecto.

Villanueva del Conde es Conjunto Histórico desde 2015, precisamente por su particular diseño. Parece que tal estructura servía sobre todo para guardar el ganado y protegerlo de las alimañas. Además posee un conjunto de soportales de gran valor arquitectónico.

Contenido patrocinado por elAyuntamento de Villanueva del Conde

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