Sábado, 27 de noviembre 2021, 20:39
Más allá de los evidentes encantos que despliega esta localidad salmantina de El Abadengo, Sobradillo atesora rincones ignotos a simple vista, y para descubrirlos, el turista se aventura en diferentes rutas: La Diabla, El Molinillo, Berrido, Buraco... todas ellas transcurren en un paisaje de ... valles y aguas que fluyen al encuentro de cascadas y pozas. Valles abruptos se abren al paso del caminante revelando las maravillas del parque natural de Las Arribes.
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Dado que es ahora cuando estas rutas llevan agua, se encuentran en el cúlmen de su belleza. Es posible realizar una emocionante circular hasta el mirador del Molinillo, un serpenteante recorrido de menos de diez kilómetros acompañando al río.
Con un trayecto de catorce kilómetros, el Cachón de la Diabla y el de Berrido se posicionan como otra de las principales rutas que hacen las delicias del más intrépido.
También la propia tradición añade magia a la localidad, recuperando una fiesta ancestral llamada “La Capachera”, en la que los capachos —difíciles de encontrar ya que actualmente no se usan— arden a la luz de una hoguera en el campanario cada 7 de diciembre, a manos de los Quintos.
Contenido patrocinado por el Ayuntamiento de Sobradillo
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