La sierra salmantina, vigilada ‘24/7’ para evitar incendios

Los primeros minutos en un incendio forestal son clave. La celeridad con la que se dé el aviso y se actúe puede suponer un antes y un después. Controlar las llamas en cuestión de segundos y que la extensión de terreno calcinado sea ridícula o, que por el contrario, supongan una catástrofe mediambiental con riesgo incluso para la población.

Por ello, con el objetivo de que el monte esté continuamente protegido, el Ejército de Tierra está realizando este año una intensa labor de vigilancia. “A la par nuestra presencia sirve como medida de disuasión ante posibles actuaciones de pirómanos”, indica el Capitán López, del Regimiento de Especialidades de Ingenieros número 11.

Aunque siempre han realizado labores de prevención de incendios forestales dentro de la operación ‘Centinela Gallego’, estas tenían un carácter mucho más puntual, algo muy diferente a lo que está ocurriendo este verano. “Hay activadas tres patrullas, las 24 horas, los siete días de la semana”, añade el Capitán López.

Todo comenzó el pasado 18 de julio. “Nos llegó una orden que nos instaba a estar desplegados a las seis de la tarde en el Maíllo”. Precisamente aquellos días, todas las miradas, incluso a nivel nacional, estaban puestas en la zona por el peligroso incendio que se declaró en Monsagro y que afectó a siete términos municipales: Serradilla del Llano, La Alberca, El Maíllo, Serradilla del Llano, Guadapero, Morasverdes y el propio Monsagro. De estas tres últimas localidades, los vecinos tuvieron que ser desalojados y grandes y pequeños dejaron atrás sus casas durante unos días ante el peligroso avance de las llamas, que acabaron arrasando 8.623 hectáreas de monte y pastos.

“La prioridad en ese momento era que el fuego no llegara al pueblo de Monsagro. En coordinación con personal de la Junta, nos marcaron diferentes zonas donde posicionarnos y vimos que no era suficiente. Tras pedir autorización se activó una segunda patrulla. Una se desplegó en la zona norte y otra en la zona sur de Monsagro, de manera que los dos flancos del fuego estaban controlados. Cualquier reactivación se comunicaba inmediatamente a la Junta y ya ellos decidían qué medios enviar. Nosotros de las tareas de extinción no nos ocupamos”, explica.

Pero una vez que el gran incendio fue extinguido, después de convertirse en el mayor incendio forestal del siglo en la provincia, la labor de los militares del Regimiento de Especialidades de Ingenieros número 11 no acabó. “También hemos trabajado en la zona de El Bodón y Guadramiro que aunque no se han registrado grandes fuegos este año son puntos donde, atendiendo a las estadísticas, es muy probable que haya incendios”, relata el Capitán López.

Para ello, acuden a diario a diversos miradores para analizar el terreno desde el aire y posteriormente se van adentrando en el mismo, recorriendo pueblo a pueblo. “Lo hacemos con la ayuda de un mapa, prismáticos y por la noche gafas nocturnas, que la verdad es que están siendo muy útiles porque pequeñas reactivaciones que por el día solo se vería algo de humo por la noche se aprecian muy bien”.

En definitiva, una labor preventiva que, sumado al gran esfuerzo que realizan los expertos en extinción de incendios, acentúa el objetivo común: cuidar el monte salmantino y que no arda ni una hectárea más.

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