Sábado, 15 de octubre 2022, 11:21
El otoño es una época especialmente favorable para salir al campo, para disfrutar del entorno medioambiental del que disfrutan todas y cada una de las comarcas de Salamanca, y un tiempo igualmente propicio para conocer uno de los sistemas propios de las dehesas salmantinas, la cría del toro bravo.
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Este ecosistema único es posible visitarlo y conocerlo acompañados por los que lo viven, lo conocen y lo aman como son los ganaderos de toros de lidia gracias a la iniciativa lanzada por la Diputación provincial de Salamanca bajo la denominación de “Ruta del Toro Bravo y Dehesa”, en la provincia de España con más fincas adehesadas y el territorio con mayor número de toros bravos del mundo.
La ruta engloba, gracias a su implicación activa, a una serie de ganaderos de toros de lidia: Los Bayones, en la finca “El Vecino”, en Calzada de Don Diego; José Cruz, en “Cabezal Viejo”, en Ciudad Rodrigo; Puerto de San Lorenzo y Ventana del Puerto, en “Puerto de la Calderilla”, en Linares de Riofrío; El Pilar, en Tejeda y Segoyuela; Antonio Palla, en “Gusende Moscosa”, en Ledesma; José Enrique Fraile, “Valdefresno”, en Tabera de Abajo; Valdefresno, en “Tellosancho”; Ángel Sánchez, en “Miguel Muñoz”, Monterrubio; Barcial, en la finca del mismo nombre en San Pedro de Rozados; Hermanos Valverde, en “Valverde de Gonzaliañez”, en El Tomillar; Carreros, en “Carreros de Fuenterroble”, en Sancti Spíritus; Torrealba, en “La Roblicita”, en Aldehuela de Yeltes; Orive, en “Las Tapias”, en Villares de Yeltes; Miguel Zaballos, en “Valdelacoba”, en Cabeza de Diego Gómez; Mercedes Pérez-Tabernero, en “Villar de los Álamos”; Herederos de Manuel Santos Alcalde, en “Los Talayos”, en Ciudad Rodrigo, y Los Requiles, en “Pelilla”, junto al embalse de Almendra.
Este animal totémico en el mundo disfruta de ser el rey de la dehesa, con el permiso y la convivencia con el cerdo ibérico, posibilitando el mantenimiento de un ecosistema envidiable y el sostenimiento socioeconómico del mundo rural.
Más allá de estas consideraciones, la visita a una ganadería de cría de toros bravos ofrece al visitante un acercamiento a la forma de vida de uno de los animales que recibe los mejores cuidados y la más selecta alimentación desde su nacimiento hasta que son embarcados hacia las plazas de España, Francia, Portugal e incluso Hispanoamérica.
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Una cría que arranca con la selección de los más bravos en un labor que se denomina “tentadero de machos” y en el que el ganadero busca ver en los nuevos erales aquellas características que quiere potenciar o, en su caso, suprimir en los futuros toros de lidia, de entre los que se seleccionará el semental. Animales que también proceden de las plazas cuando su raza, nobleza y bravura les hace ganarse el indulto.
El semental o sementales de cada ganadería convive en la dehesa con las madres, la vacada que cada año da sus frutos en forma de nuevos machos y hembras que serán igualmente seleccionados en los tentaderos, labor en la que el ganadero cuenta con la colaboración de matadores de toro, novilleros y aquellos que aspiran a entrar en este selecto grupo, los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca.
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Cada una de estas etapas de la cría del toro bravo lleva aparejada una serie de cercados e instalaciones que posibilitan los trabajos, desde plazas de tienta a embarcaderos y muecos —de vital importancia para el herrado o la curación de los animales— así como correderos donde ejercitar a los toros.
Un amplio surtido de localizaciones y ganaderías para una visita que se puede completar con el disfrute del entorno y la gastronomía de cada una de las zonas.
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