Al igual que una mente inquieta busca nuevas configuraciones y ubicaciones de muebles en busca del sentido y la optimización, la parroquia de Santa María Magdalena, de El Maíllo, ha desplazado dos de sus elementos más significativos en pos del sentido sacro de los mismos, y también de la utilidad.
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Durante más de cincuenta años la pila bautismal y la pila de agua bendita han permanecido en espacios que iban en contra de la estructura clásica de una iglesia cristiana. Debido a una reforma hace décadas, la pila bautismal, que data del siglo XVII, había permanecido en la parte posterior del edificio religioso, “arrinconada”, asegura el párroco Juan Carlos Sánchez, una ubicación atípica y que apenas permitía el desarrollo del santo sacramento.
Tampoco la pila de agua bendita, perteneciente a la ermita y que no tiene más utilidad que la de recordar el bautismo, motivo por el cual debe estar visible, ocupaba su lugar, ya que se encontraba en el presbiterio. Una decena de fieles, entre ellos albañiles y el propio alcalde, han unido esfuerzos durante dos horas para dotar de un nuevo halo de armoniosa espiritualidad al templo: la pila bautismal se encuentra ahora a la derecha de la entrada principal y goza del espacio idóneo para el desarrollo del bautismo.
En cuanto a la pila de agua bautismal, ya invita a los parroquianos a persignarse, al lado opuesto a la otra: a la izquierda.
“Después de la zona del altar es lo más importante en una iglesia”, recuerda el párroco. “Merecía la pena trasladarlo”. La tarea entraña dificultad debido al peso: más de mil kilos pesa sin ir más lejos la pila bautismal, que se compone de dos partes: el pedestal y la copa. Mucha fuerza de voluntad, ganas y un toro mecánico han sido necesarios para desempeñar esta tarea con el fin de satisfacer a la comunidad.
La iglesia, que data también del siglo XVII, presume ahora de una estructura interior adaptada a su naturaleza y mucho más versátil. “Los vecinos están encantados con las nuevas ubicaciones”, asegura Juan Carlos. La iniciativa partió de la parroquia, pero ha sido secundada por el pueblo en general.
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Estos no son los únicos cambios, y es que pronto el ventanal más próximo a la pila bautismal lucirá un vinilo con una imagen evocadora del bautismo y alusiva a San Juan Bautista, y que acompañará a la imagen del siglo XVII del santo que ha acompañado a la pila como lo había hecho hasta ahora. La coherencia reina ahora en un reformado templo cristiano. “Estaba inutilizada, ahora es mucho más accesible”, resume el párroco, satisfecho con el esperado cambio.
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