La Junta da luz verde a la apertura de La Covatilla pero ahora no hay nieve

La Junta de Castilla y León ha dado ya luz verde al Ayuntamiento de Béjar para la apertura de la estación de esquí Sierra de Béjar - La Covatilla, una vez finalizadas las distintas revisiones de los remontes para el transporte de los esquiadores.

El Consistorio de la ciudad tiene ya en su poder el informe positivo y la correspondiente autorización para iniciar la temporada de esquí en cuanto las condiciones de nieve y meteorológicas lo permitan aunque, ahora, el problema es la falta de espesores para la práctica de ese deporte de invierno. La ausencia de precipitaciones en forma de nieve junto con la subida de las temperaturas ofrecen un panorama desolador en la estación, que ha perdido todo el manto nivoso acumulado a finales de noviembre y, de momento, no se prevén más nevadas en la Sierra de Béjar.

Aún así, el alcalde de la ciudad, Antonio Cámara, ha afirmado que las pruebas del cable del telesilla se realizaron los días 5 y 16 de noviembre. Por su parte, la dirección general de Transportes, dependiente de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, ha confirmado a LA GACETA que las pruebas pendientes en el telesilla se realizaron los días 16 y 17 de diciembre, lo que significa que no hubiera sido posible abrir la estación de esquí en el puente festivo de principios del pasado mes diciembre a excepción de la zona de debutantes. Esas últimas fechas también coinciden con el trabajo de un experto en la revisión de remontes que entregó su informe con una valoración positiva el 13 de diciembre.

Tanto el Partido Popular de Béjar como la plataforma en defensa de La Covatilla vienen denunciando desde hace un mes que las revisiones de los remontes no estaban realizadas y, por tanto, que las instalaciones de invierno no podría abrirse con todas las medidas de seguridad para garantizar el uso por parte de los esquiadores. En este sentido, el grupo popular ha denunciado que Béjar y su entorno “ha perdido un puente festivo de seis días en diciembre” y ha cifrado las pérdidas en aproximadamente 300.000 euros, a razón de seis días con un gasto medio de 100 euros por esquiador y una afluencia estimada de 500 aficionados a ese deporte por día.