La judería salmantina que tiene ojos

Presume de ser uno de los Pueblos Más Bonitos de España, y no sin razón. Además de tener un merecido hueco en esta agrupación, Mogarraz cuenta con la declaración de Conjunto Histórico y Artístico. Un título que lleva con orgullo, igual que el haberse hecho famoso por los cientos y cientos de retratos, obra de Florencio Maíllo, que observan al turista desde todos los rincones y a lo largo de las calles.

La iniciativa se ha multiplicado indefinidamente, y lo sigue haciendo a petición de los propios vecinos. Aunque se ha convertido en un importante reclamo, la historia de Mogarraz subyace bajo este arte al tratarse de una judería en un admirable estado de conservación.

A causa de su aislamiento natural, Mogarraz ha preservado su arquitectura civil y militar en excelentes condiciones. Se trata una villa medieval construida y repoblada en el siglo XI por franceses, gascones y roselloneses, procedencia manifiesta en sus apellidos de origen galo.

Se ha conservado hasta nuestros días su característica arquitectura de tramonera y piedra. Además destaca su agricultura en terrazas perfectamente integradas en la naturaleza, lo que llama la atención del visitante.

Mogarraz ha sabido conservar también sus tradiciones folclóricas, culturales y religiosas en los dinteles esculpidos de sus puertas. Su artesanía es conocida en toda España y en el extranjero, especialmente su joyería, trajes tradicionales y sus bordados serranos.

Además de la atractiva estructura medieval y las tramoneras, sello de la localidad en cada una de las casas, destacan monumentos y edificios como la iglesia parroquial, que presenta una planta de cruz latina y altar barroco. El campanario destaca sobre los tejados de las casas de la villa.

A mayores, cuenta con una ovalada Plaza Mayor, escenario de los festejos taurinos y también son un gran reclamo turístico la ermita y la Fuente del Humilladero, todo ello en perfecto intacto.

Los puntos de interés turístico de esta villa en pleno corazón de la Sierra de Francia no se limitan al casco urbano, y es que Mogarraz cuenta con el Museo Etnográfico “Casa de las Artesanías”, donde se muestra un recorrido por los trabajos más representativos de la localidad, entre los que se incluyen la joyería, los bordados serranos y los trajes.

También los cuidados de la villa son objeto de constante atención. En 2015 el municipio serrano inició las obras correspondientes al Plan de Área de Regeneración Urbana —ARU— gracias a las subvenciones concedidas por la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Vivienda. Más de 40 inmuebles se beneficiaron de una dotación económica que permite la rehabilitación de casas durante un periodo de dos años.

Junto a la belleza de sus calles y casas, el entorno natural también llama la atención de los visitantes y un ejemplo de ello es el Camino del Agua, la popular ruta circular impulsada por la Diputación de Salamanca que parte del núcleo urbano de Mogarraz, pasa por Monforte de la Sierra, para terminar nuevamente en la localidad protagonista.

Algunas de las obras artísticas que se pueden contemplar son la titulada “K’oa”, del artista salmantino Miguel Poza; “Serena”, de Virginia Calvo, alegoría de una ninfa con su cola alzándose en el bosque; “Cruz de Mingo”, del conocido retratista Florencio Maíllo; o las sillas metálicas de Manuel Pérez de Arrilucea.

El camino pasa además por un espectacular mirador desde el que se obtiene una completa panorámica de la localidad en medio del valle y donde el agua es protagonista con el río Bocino y el arroyo Milano atravesando el recorrido.

Desde la oficina de turismo de Mogarraz es posible estimar la cantidad de visitantes que se dejan caer por el municipio serrano, aunque dado que no todos pasan por la misma, y que solo abre sus puertas al público en fin de semana, las cifras reales son mucho mayores. De hecho, calculan que menos de la mitad de las personas que acuden al municipio pasan por este punto de información.

En concreto, el número total de visitantes que pasaron por la oficina de turismo de la localidad serrana en el año anterior a la pandemia fue de 9.124, de los cuales 3.513 se concentraron en el mes de abril. Madrid fue la comunidad que registró un mayor número de visitas, con un total de 1.411, seguida de Castilla y León, con 1.324 turistas.

La pandemia, sin duda, ha afectado a las cifras más recientes y, aunque los madrileños, viajeros por excelencia que engrosan los números, no han podido desplazarse a la provincia, desde la oficina de turismo aseguran que el verano pasado fue “una absoluta locura” a pesar de todo.

Este año debido a las restricciones sanitarias, las visitas se han limitado a Castilla y León. La Semana Santa también se ha notado a pesar de la covid, y solo el pasado Jueves Santo pasaron por allí 200 turistas.

“No hemos notado diferencia en cifras, tan solo en el origen de los turistas que vienen. Como la gente no podía salir de Salamanca se han venido a la zona de la Sierra de Francia”, aseguran.

Entre lo que más interés despierta en los turistas están las rutas de senderismo, y también se pide información de otros pueblos cercanos. Y lo que más les sorprende, afirman, es saber que Mogarraz es una judería.

De hecho, la fundación de Mogarraz surge de la repoblación impulsada por los reyes leoneses en la Edad Media en la comarca de la Sierra de Francia. Así es como este municipio pasó a formar parte del alfoz de Miranda del Castañar, tras la creación del mismo por el rey Alfonso IX de León en el año 1213.

La villa, una de las pocas juderías conversas al cristianismo, es además Bien de Interés Cultural desde 1998 gracias a su peculiar estructura urbanística de trama típicamente medieval, con calles estrechas y trazado irregular en la que se conserva casi intacta la arquitectura tradicional de las casas serranas.

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