Jueves, 25 de marzo 2021, 12:46
Villoria, en el corazón de Las Villas, en la comarca de Peñaranda, es un municipio de clara tradición agrícola y como tal, sorprenden los bellos y coloridos paisajes que rodean al casco urbano en cualquier época del año.
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La iglesia parroquial de San Pedro, con aspecto de fortaleza, y cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XII e inicios del XIII, preside la plaza Mayor de la localidad, destacando sus fuertes muros de cal y canto y ladrillo, de 1.80 metros de espesor. La techumbre mudéjar que cubre la nave central del templo y su original retablo en piedra con un valioso Cristo del siglo XIV y dos tallas de San Antón y Santa Bárbara del siglo XVII.
La típica arquitectura de ladrillo sigue presente en sus calles con casas que conservan incluso blasones e inscripciones, testigos de un glorioso pasado, y que se descubren en un simple paseo.
En plena travesía de la carretera de Encinas a Cantalapiedra, que divide en dos la villa, se encuentra la Alameda, un pulmón verde con amplias zonas de merendero y esparcimiento y a la salida, en dirección Cantalapiedra, la popular fuente del Alba con su famoso agua.
Sus fiestas patronales del Lunes de Aguas en honor de Santa Bárbara y de septiembre, dedicadas a la Vega, que se esperan retomar cuando deje la pandemia, su afición a la pelota a mano y al mundo taurino, son otras señas de identidad del municipio.
Contenido patrocinado por elAyuntamiento de Villoria
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