Miércoles, 22 de diciembre 2021, 11:46
Muñoz recibió este martes la Medalla al Mérito “por su entrega” a la hora de ayudar a las víctimas del terrible accidente ferroviario del 21 de diciembre de 1978 y en el acto estuvieron supervivientes, vecinos que colaboraron en el rescate y autoridades de aquel momento.
Publicidad
“Ese día tenía que ayudar en casa, a mi padre, porque estábamos con la matanza y eso me libró de subir al autobús aquella mañana”, recuerda Ángel Velasco, que aquel 21 de diciembre de 1978 tenía tan solo 11 años. Una circunstancia que “no solo me libró a mí, sino que también y de rebote fue lo que salvó a mi hermano pequeño, por entonces de siete años, porque al ver que yo me quedaba para ayudar en la matanza, él se escapó por el pueblo y tampoco se subió al autobús”. Ángel Velasco recuerda emocionado “al único chico del pueblo, de Muñoz, que perdió la vida aquel día y a los que quedaron heridos muy graves”.
Sí que iba en el autobús María Dolores Alonso: “La rápida llegada de mis padres y de vecinos, que nunca olvidaré, fue lo que sin duda me salvó la vida aquel día”, recuerda emocionada. “Tuve la suerte de que nada más recogerme gravemente herida, mis padres me llevaron rápidamente a Salamanca y pude recuperarme, pero ahora que ellos ya no están ni tampoco los niños que fallecieron, tengo que agradecer a todos aquellos que cada año se acercan a este lugar de recuerdo y homenaje y dejan un ramo de flores para nunca olvidarlos”.
Francisco Hernández fue uno de los muchos vecinos que se volcaron para colaborar en el rescate: “Esa mañana estábamos en el pueblo cuando oímos un tremendo ruido cuando pasaba el tren por el mismo lugar que sigue haciéndolo en la actualidad, aunque entonces no existía el puente. Fueron momentos muy difíciles porque había que ayudar a los que estaban gravemente heridos pero también estar con aquellos que lo habían perdido todo”, recuerda a sus 95 años. “43 años después seguimos recordando a las víctimas pero también seguimos apoyando a aquellos que sobrevivieron”, expresa.
El gobernador civil en aquella época era Jaime Royo-Villanova: “Fui testigo directo de la solidaridad, la unión y la entrega de los vecinos de Muñoz a la hora de socorrer y ayudar a las víctimas porque llegué al pueblo a los 40 minutos de producirse el accidente”, recordó. Aunque residente en Madrid, asegura que “en los 43 años que han pasado desde que se produjo el accidente, no he faltado más que en dos ocasiones a la cita anual con los vecinos de Muñoz, personas bárbaras y fantásticas que merecen totalmente este homenaje que aunque llega tarde, quizá muy tarde, por fin ha llegado”.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.