Imagen de Rubén Sánchez saliendo de su kiosco para repartir los pedidos a domicilio. TEL

Golosinas a domicilio para premiar a los niños en la provincia de Salamanca

Macotera y Cantalapiedra premian a los niños con golosinas para animarles y agradecerles su respeto a las restricciones. En Béjar también funciona el “telechuches”

Miércoles, 29 de abril 2020, 11:23

“Las golosinas se venden menos, salvo el regaliz rojo”

Las medidas excepcionales por el coronavirus han obligado a los pequeños comercios a tirar de imaginación para mantener su actividad y ayudar a sus clientes.

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Ese es el caso de Rubén Sánchez, que intenta paliar con un nuevo servicio a domicilio la caída de las ventas por el confinamiento. Este bejarano explica que la idea surgió porque “tenemos clientes mayores y gente que nos llamaba para preguntarnos si podíamos acercarles pedidos a casa”. Ante esas peticiones, después de cerrar, Rubén Sánchez cogía los pedidos y los repartía. Fue ahí cuando vio una nueva opción de mejorar la atención a sus clientes con un horario de pedidos y otro de reparto.

Para dar a conocer ese servicio, aprovecha las redes sociales en aplicaciones como Facebook e Instagram para recibir pedidos aunque también aprovecha los medios tradicionales como el teléfono fijo mientras habilita un número de WhatsApp.

Ante esta propuesta, Rubén Sánchez afirma que “en principio, la acogida ha sido buena” porque “salen entre tres y cinco pedidos al día” ya que “a la gente le ha gustado”. Entre las curiosidad, destaca que “los que somos de Béjar sabemos que la ciudad tiene un callejero muy extraño” y que, también, “antes no vendía ningún pasatiempo y ahora la gente los pide” para entretener el confinamiento.

Eso sí, extrema las precauciones para evitar contagios con su correspondiente mascarilla, guantes y un spray con hidrogel para desinfectarse las manos antes y después de entregar las compras. También ha aumentado la seguridad en el interior de su tienda ya que las golosinas están metidas bolsas para evitar que se llenen de gérmenes y que pierdan calidad debido al descenso en la afluencia de público. Además, ha instalado una mampara en el mostrador, dosificadores de hidrogel antes de coger las pinzas para las golosinas y regula el acceso a la tienda para evitar aglomeraciones.

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Rubén Sánchez, propietario del kiosco Fresas, reconoce que, en general, “las ventas de pan han bajado un 50 por ciento y las de golosinas, un 90 por ciento” porque “tengo una tienda a pie de calle y si no hay gente, las ventas caen”.

De hecho, antes de la pandemia, el rellenado se realizaba a diario o en días alternos en función del producto y ahora, debido al coronavirus, Rubén Sánchez explica que “he estado sin reponer dos semanas excepto el regaliz rojo que se vende mucho”. Otro problema es la caducidad de las bolsas, que tiene un período de tres a seis meses.

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Sin embargo, Rubén y su hermana Mónica revisan a diario la caducidad aunque “la semana pasada hemos estado regalando con los pedidos a domicilio unas bolsas con una semana de caducidad”. La venta a domicilio de “chuches” entre otros productos está siendo una alternativa para ellos.

A petición de cada niño en la villa de Macotera

El Ayuntamiento de Macotera, en colaboración con una empresa local, está obsequiando también a los niños con una bolsa de chuches que les hacen llegar previa solicitud.

En este caso se puede mandar o bien un dibujo del niño con sus datos o rellenar una hoja que el Consistorio facilita en sus redes sociales y se debe remitir escaneada o fotografiada al correo electrónico municipal especificando en el asunto “chuches”.

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El mencionado dibujo acredita que el protagonista de la petición dirigida a su ayuntamiento se está portando muy bien estos días sin salir de casa, ayuda en las tareas del hogar, hace los deberes que le mandan en el colegio y se lava las manos correctamente. En la parte inferior del documento se recogen, además, cuatro consejos gráficos sobre cómo deben lavarse las manos.

Todos los menores de 12 años podrán tener su bolsa de chuches con las medidas higiénicas pertinentes en una localidad que también ha autorizado las visitas del ratoncito Pérez.

Obsequio a domicilio en Cantalapiedra

El Ayuntamiento de Cantalapiedra es otro de los que está agradeciendo el comportamiento ejemplar de la infancia durante las largas semanas de confinamiento en casa.

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Por todo ello los responsables municipales han organizado estos días el reparto de cucuruchos de chuches que han comenzado a recibir en sus casas los niños y niñas nacidos a partir del año 2008 y también a los hermanos que convivan con ellos en el mismo domicilio.

El gesto del Consistorio con los más pequeños ha sido muy bien recibido entre la población de Cantalapiedra y muy especialmente entre los que por su edad han podido endulzar su día a día entre cuatro paredes.

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