El corte eterno de la carretera de Mancera

El verano, época en la que llegan numerosos visitantes a los pueblos y en la que aumentan los desplazamientos, está provocando que aumenten las quejas vecinales por el prolongado corte de la carretera DSA-153 desde Mancera de Abajo al límite de provincia con Ávila.

Desde el pasado 1 de diciembre los habitantes de varias localidades abulenses que tienen Peñaranda como referente para compras y otras gestiones de diversa índole se ven obligados a dar un rodeo de más de 30 kilómetros por Narros del Castillo que dura ya más de ocho meses. A ello también se le suma la problemática a la que se enfrentan los que se desplazan diariamente para trabajar y usan la mencionada vía cuya previsión de reapertura se ha fijado, además, en la primera quincena del mes de septiembre.

“Todo han sido problemas desde que empezaron la obra y pasan semanas enteras sin que apenas se note ningún avance”, comentan algunos vecinos de las dos Manceras, la de Abajo en la provincia salmantina, y la de Arriba, en la abulense.

Fuentes de la Diputación provincial explicaron el pasado martes que las obras “van bien aunque a la gente le pueda parecer que van lento” y que la nueva base de la carretera “requiere su tiempo de asentamiento”, señalaron. Estas mismas fuentes aseguraron que a lo largo de estos días se van a llevar a cabo obras menores y la señalización vertical, que la próxima semana se procederá al aglomerado y habrá que dejar pasar aproximadamente una semana más para que se fije en óptimas condiciones. En la tercera semana de agosto se procederá al pintado de la señalización horizontal y en los últimos días del mes a los remates de obra para poner de nuevo en servicio el tramo a lo largo de la primera quincena de septiembre.

Cabe recordar que el pasado mes de marzo se emitió un informe por parte de la dirección de la obra a raíz de unos ensayos realizados con los materiales y se propuso reciclar un espesor de 30 centímetros del firme existente, realizar un aporte de 10 centímetros de zahorra sobre dicho firme y una mezcla de cemento del 3,5 por ciento, todo ello para mejorar el resultado final de la intervención, algo que obligó a ampliar los plazos.

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