Miércoles, 3 de agosto 2022, 19:47
Los ganaderos que viven en la zona donde ahora más ataca el lobo en Salamanca, que es la de pueblos como Sardón de los Frailes, Almendra, Monleras o Villaseco de los Reyes, tienen claro que para el ganadero extensivo, y más aquel que tiene ovejas, es imposible contratar a un pastor para estar de noche con las ovejas, como exige la ministra. En esa zona paralela al embalse de Almendra las parcelas son pequeñas y los ganaderos se ven obligados a repartir a las ovejas en ellas. Es el caso, por ejemplo, de Luis Pascual, de Monleras, a quien el lobo mató 4 ovejas y le dejó 3 heridas, que cree que acabarán muriéndose, la pasada semana. Él explica que las ovejas comen de noche “y cuando sacas a toda la tropa y las repartes, te quedas sin perros, porque necesitarías 7 u 8”. Encerrar las ovejas de noche no es solución porque es ganado extensivo y estar en una nave, además del coste de la instalación, obligaría a alimentación extra por parte del ganadero y la gran mayoría no se lo podrían permitir.
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Tampoco lo de tener pastor. “Ojalá”, dicen. No hay, es muy difícil encontrar alguien que quiera trabajar en el campo, pero es que, además, mantienen que la ganadería no da para tener empleados todas las noches para cuidar ovejas.
“Necesitarías 7 u 8 perros para poder cuidar a las ovejas”
Total, que la solución que encuentran para protegerse es la de asustar al lobo con luces o con un cañón de disparos enganchado a una bombona de butano, que es lo que hace Sandra Delgado, en Almendra, y otros muchos. “Los pueblos parecen discotecas”, dice Telesforo Vicente, de Almendra. Y, aún así, el lobo entra, como le pasó a Sandra, a la que la pasada semana le mató a una oveja, desgarró a otra y le sacó las tripas (ya murió) e hirió a otras cinco en la gorja. En Monleras han probado con pastores eléctricos, y nada. En Villaseco, con mastines, y la semana pasada resultó uno herido... no saben qué hacer y algunos ya se plantean cerrar.
“Se acostumbran”. Telesforo Vicente, ganadero de Almendra, se libra, pero también está preocupado. Ve cómo se defienden sus vecinos y advierte que la zorra ya se acostumbró a la bombona de disparos.
“Crías dos perros y a lo mejor ninguno vale”. Luis Pascual tampoco ve solución en los perros porque “crías dos y a lo mejor ninguno es bueno. Para hacerte con dos buenos, a lo mejor salen 4 malos”.
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