Viernes, 23 de septiembre 2022, 10:56
Nueve años han pasado ya desde que la Junta de Castilla y León decidiera cerrar la residencia de mayores “San Pedro Nolasco” de Candelario por incumplir las medidas de seguridad para los internos. La decisión fue adoptada en 2013, si bien la entonces alcaldesa, Ana María Carrón, venía advirtiendo del inminente cierre porque “teníamos el aviso para clausurar este hospital-asilo porque estaba ilegal”. Así fue en los diez años anteriores, pero el Gobierno regional dio un ultimátum al Ayuntamiento para que, en dos meses, procediera al cierre de ese inmueble y así lo hizo en la primavera de 2013.
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El edificio se ubica junto al Ayuntamiento de la localidad pero carecía de una estructura adecuada para la prestación de servicios gerontológicos ya que el interior era de madera, contaba con escaleras y carecía de medidas de accesibilidad por tener puertas estrechas. Además, apenas sumaba ocho plazas para mayores.
El cierre provocó un fuerte malestar en Candelario por la pérdida de un servicio más en la localidad pero, también, porque los residentes tuvieron que ser trasladados a residencias de la zona como Béjar o Baños de Montemayor.
Desde entonces, las distintas corporaciones municipales buscan soluciones para recuperar esas ocho plazas para mayores sin moverse del municipio. El actual equipo de Gobierno pensó en un primer momento en rehabilitar el antiguo edificio, pero, después, optó por trasladar el proyecto al campo de fútbol municipal ubicado junto al pabellón. Allí reservó un espacio para la futura construcción de la residencia, aunque ha recibido en varias ocasiones la negativa de la Junta de Castilla y León.
Aún así, el Consistorio busca financiación para desarrollar ese proyecto mientas apuesta ahora por los apartamentos en el edificio propiedad del Ayuntamiento de Salamanca en el parque municipal. En este edificio, el Consistorio realizará las obras necesarias para habilitar tres o cuatro apartamentos aprovechando la rampa existente en la parte trasera que garantiza la accesibilidad, redistribuirá los espacios y modernizará el mobiliario. Además, en otro ala del inmueble, se mantendrá el uso como albergue para favorecer la llegada de turistas a la localidad.
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En cuanto a la historia de ese edificio, comenzó a construirse en 1918 y quedó terminado tres años después para facilitar el disfrute de actividades de verano a niños y niñas con menos recursos gracias a la iniciativa del doctor Filiberto Villalobos. Redactó el proyecto el arquitecto municipal de Salamanca, Joaquín Secall, y el filántropo José A. Jáuregui se ofreció a construirlo para cederlo al Ayuntamiento de Salamanca y a la localidad de Candelario por haber cedido los terrenos. Entró en servicio en 1924 y su uso cambió con la Guerra Civil para ser hospital, después albergue de auxilio social y, ahora, se utiliza como albergue juvenil del Ayuntamiento de Salamanca.
Las instalaciones dejaron de recibir turistas en septiembre de 2019 y los entonces gestores entregaron las llaves de forma definitiva en marzo de 2021.
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