Domingo, 3 de abril 2022, 18:33
Una de las localidades más perjudicadas por la normativa vigente que tiene la Confederación Hidrográfica del Duero para la plantación de chopos es Encinas de Arriba. “Es absurdo que desde la CHD no nos dejen plantar todas las hectáreas municipales disponibles que tenemos dedicadas a este cultivo”, asegura José Antonio Alonso, alcalde del municipio.
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La localidad lleva más de medio siglo con la explotación forestal de más de sesenta hectáreas municipales de choperas. Pero con la normativa vigente del Plan Hidrológico por la CHD, el Ayuntamiento solo ha conseguido autorización para la plantación de chopos en treinta hectáreas, lo que supone 8.310 árboles. “La última plantación fue por el año 2005 y, en ese momento, no hubo ningún problema con los terrenos”, comenta el alcalde de Encinas de Arriba.
Las talas que se han ido realizando a lo largo de los años han supuesto “la principal fuente de ingresos para el Ayuntamiento, crean puestos de trabajo y riqueza en el municipio”, comenta el regidor. “En vez de ayudar a que las localidades pequeñas sigan desarrollándose y que la gente opte por quedarse en los pueblos, cada vez nos ponen más trabas”, afirma Alonso.
De las hectáreas que no les han dado autorización el regidor dice que “es un grave error y puede ser un peligro para los pueblos”. “Si la CHD no modifica la normativa, las parcelas que no dejen plantar se van a llenar de maleza, zarzas y arbustos invasivos como está ocurriendo”, es decir, “se van a convertir en focos de infecciones y habrá más peligro de incendios, entre algunos de los problemas”, explica el primer edil.
En cuanto al retorno económico que esta inversión reporta al Ayuntamiento de Encinas de Arriba, Alonso indica que depende de muchos factores, siendo el principal las fluctuaciones del precio de la madera en el mercado. “Se trata de un negocio de retorno económico a muchos años pero que es rentable para el Consistorio porque no supone ningún gasto”, explica el alcalde.
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En 2020 se realizó la última tala de chopos en unas cuarenta hectáreas, lo que supuso para el Consistorio un ingreso cercano a los 300.000 euros. “Son árboles que llevaban casi 15 años plantados y el dinero se recibe con ingresos prorrateados de unos 20.000 euros anuales”, aclara el regidor.
Para poder plantar de choperas en terrenos de dominio público hidráulico es necesario las licencias pertinentes concedidas por la Confederación. Todo ello, depende de la anchura mínima de espacio ribereño que haya en cada terreno. Para las hectáreas que les han dejado autorización “tenemos que dejar la distancia de la ‘zona de policía’ del río y las bandas de protección, en este caso, diez metros de la orilla del cauce”, argumenta Alonso.
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