Los okupas estuvieron 4 años instalados en 24 viviendas de la urbanización ‘La Reguera’ de Nuevo Naharros. EÑE

Adiós a los okupas: el edificio que ha vuelto a ‘renacer’ tras 5 años de calvario

Estaban viviendo en 24 viviendas de las 40 con las que cuenta la urbanización ‘La Reguera’

Lunes, 19 de julio 2021, 20:28

Tras 4 años de indeseable convivencia con okupas y constantes destrozos en las zonas comunes, por las que han tenido que acometer importantes reformas e incluso llegaron a contratar seguridad privada las 24 horas, los vecinos de la urbanización ‘La Reguera’ de Nuevo Naharros (Pelabravo), han conseguido darle a sus viviendas el “aspecto que tenían antes de que esta gente viniera”.

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La okupación de las viviendas comenzó a finales del año 2015 con la llegada de 5 familias, pero a principios del año siguiente ya había 24 casas, de las 40 con las que cuenta esta urbanización asaltadas en las que había 120 personas empadronadas en ellas, según fuentes municipales, a las que se le añaden las que convivían en ellas pero no contaban con este registro en el Consistorio de la localidad.

Los enganches ilegales tanto de luz como de gas y agua, que incluso los llegaban a hacer con gomas de riego de los jardines, con el consiguiente peligro para los vecinos, junto con las constantes intervenciones policiales por robos y destrozos en las instalaciones, fueron los principales problemas a los que se enfrentaron los vecinos que ‘resistieron’ en sus casas puesto que algunos de ellos, ante tal situación, se vieron obligados a abandonar sus viviendas e irse a residir a otras zonas. Estos vecinos que dejaron sus casas para huir de esta situación, a su vuelta, se encontraron que en su interior no quedaba nada: no tenían, ni siquiera, los casquillos de las bombillas o enchufes e interruptores.

Las constantes denuncias antes la Guardia Civil, Subdelegación del Gobierno... y tras las reuniones mantenidas por representantes de los vecinos con la Junta de Castilla y León, agentes de la autoridad, el Ayuntamiento de Pelabravo, Iberdrola, Gas Natural e incluso con el banco, que había procedido previamente al embargo de las viviendas (hasta entonces estaban a nombre de un testaferro que las había comprado a la constructora), y asistentes sociales de la Diputación, lograron que los okupas comenzaran a marcharse entre finales del año 2019 y primeros meses del año 2020.

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