España no conquistó América, la liberó. Esta demoledora frase la pronunció la pasada semana el doctor en Ciencia Política Marcelo Gullo en una entrevista en ... LA GACETA. Gullo es el autor de ‘Madre patria’, uno de los libros más exitosos del momento y que derriba como un castillo de naipes la falsa leyenda negra de la conquista de América. La entrevista que le realizó mi compañero y amigo David Risueño sirve para conocer algunas pinceladas de los sólidos argumentos que sostienen su planteamiento. Sin embargo, cada vez es más común lanzar el infundio de que los conquistadores españoles fueron poco menos que genocidas que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso en el Nuevo Mundo. En primer lugar, es propio de ignorantes e ineptos tratar de valorar un hecho sucedido en 1492 con los ojos de 2021. Muchos comportamientos y actuaciones que hoy consideramos perversas, en aquel momento eran lógicas. No hace falta echar la vista tan atrás. Simplemente viajando en el tiempo a los años 90 del siglo pasado podemos sacar un amplio listado de realidades que hoy son políticamente incorrectas. Queda claro que cualquier intento de hacer un juicio sumarísimo al pasado es una brutal pérdida de tiempo.

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Pero si a pesar de todo queremos seguir poniéndonos exquisitos, es suficiente con repasar los libros de Historia para comprobar que lo sucedido distó mucho de ser una conquista al uso. Hernán Cortés y compañía podían haber aniquilado a los nativos para establecer allí colonias con pobladores cien por cien españoles. Sin embargo, propiciaron el mestizaje y, como apunta Gullo, detuvieron el genocidio azteca que se cobró miles de vidas. Algo que demuestra que los indígenas no estaban viviendo en la Arcadia feliz precisamente. Ese holocausto se documentó en su momento, pero los alentadores de la leyenda negra prefirieron obviarlo. En 2015, unas excavaciones arqueológicas junto a la Catedral Metropolitana de México sacaron a la luz un osario con decenas de cráneos que venía a dar la razón a Cortés. Hombres sacrificados a cuchillo. Una información que molesta a los populismos latinoamericanos y a la izquierda progre española, abanderados de la teoría del exterminio.

La revisión de la historia nos muestra que aquellos hombres que llegaron a América fueron unos adelantados a su tiempo. Algunos olvidan que tres siglos después de todo aquello miles de personas eran llevadas cada año a países como Gran Bretaña y Holanda para que sirvieran como esclavos. Que esas mismas potencias y otras como Francia, Portugal y Bélgica se repartieron África para exprimir sus materias primas tratando a sus pobladores como auténticos animales. Estamos hablando del colonialismo más salvaje cuyo único objetivo era el saqueo hasta la extenuación. Mientras, España se benefició de América infinitamente menos y estableció virreinatos que funcionaron como entes autónomos.

El problema es que mandatarios como Fidel Castro, primero; Hugo Chávez, después; y ahora el mexicano López Obrador, alientan el revisionismo de la conquista de América para ocultar su incapacidad y desviar la atención de los problemas realmente importantes. Y mientras, en España, lejos de contar la verdad y divulgar lo que realmente sucedió, nos dedicamos a despreciar a esas figuras que en un país como Francia estarían elevadas a los altares y protagonizando monumentos y estatuas en cada esquina. Nos avergonzamos de una historia gloriosa y, en lugar de aprovecharla para estrechar lazos con nuestros hermanos hispanoamericanos, se convierte en fuente de fricción y enfrentamiento. De esta forma se salen con la suya los nacionalismos que aprovechan ese supuesto maltrato a América para extrapolarlo a nuestros días y hacerse las víctimas. Es el odio a España y a todo lo que representa y representó. De ello se encargan en las escuelas aleccionando a las nuevas generaciones que difícilmente pueden explicar quién fue Hernán Cortés.

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