T ODAVÍA no sabemos cómo saldrán los niños o si saldrán de casa alguna vez, como les había prometido Pedro Sánchez después de enseñarles a ... lavarse las manos. Por la mañana, el presidente por boca de su portavoz, la locuaz María Jesús Montero, les dijo que ni a jugar ni a pasear. Y los pobres, que ya se habían hecho ilusiones, entraron en estado de shock. Todo el gozo de los pequeños en un pozo.

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Podían ir al super, que por cierto ya se podía en caso de familias monoparentales o cuando no tuvieran con quién dejarlos. Fue otra de las múltiples rectificaciones chapuceras de esta panda de incapaces, pero lo cierto es que, durante todas estas semanas, no he visto a ningún niño en las tiendas de comida. Lo que quiere decir que los españoles somos, en general, bastante más sensatos que el doctor Sánchez y sus ministros. Los españoles se han arreglado como han podido, aunque bien está que en caso de necesidad el ministro del mando único, es decir el señor Illa, estableciera la posibilidad de ir al ultramarinos a comprar para comer.

Yo no sé si estos ministros han sido niños alguna vez, pero cuando yo era niña no había para mí un sitio más aburrido que una tienda, fuera de comida o de ropa. Solo me gustaban las jugueterías, pero creo que ese tipo de comercios, por decreto del Gobierno, están cerrados. Pero además de la posibilidad de ir con los niños a ver si se contagian o contagian a los demás llevándolos a llenar la cesta de la compra, también habían pensado en que podemos sacarlos a dar una vuelta a la farmacia, un magnífico entretenimiento. Le recuerdo al doctor Sánchez que los farmacéuticos, como sanitarios importantes en esta pandemia, también han sido un sector de riesgo y también han sufrido bajas. Hace una semana, 11 boticarios habían perdido la vida a causa del virus y 493 estaban contagiados entre. Por tanto, no parece una buena idea, ni para ellos ni para los pequeños.

Hombre, y como no había dos sin tres en el tablero de ocurrencias, antes de rectificar cinco horas más tarde -todo un récord, porque lo habitual es que este tipo de marcha atrás las hagan al filo de la medianoche- decidieron incluir en los momentos de asueto de los niños el paseo a sacar dinero a los bancos. Los cajeros son un lugar idóneo para airear a nuestros hijos, aunque como cada vez hay menos, barrunto que va a haber colas

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Total, para seguir la tónica general de este Gobierno, al filo de las nueve de la noche salió el ministro Illa y rectificó lo que al mediodía había dicho María Jesús Montero. Y de nuevo la improvisación: el domingo saldrán los niños a la calle, pero no se sabe ni cómo ni dónde ni con quién. ¿Quién avala todo esto? Pues alguna idea tengo, porque poco antes de rectificar, había salido Echenique, socio de Gobierno de Sánchez, pidiendo una rectificación. Es decir, que esto no lo avala un supuesto comité de expertos, virólogos, pediatras, psicólogos o científicos. Lo ha dicho Pablo Iglesias y en la enésima pelea entre este Gobierno ha salido ganando el vicepresidente comunista.

Yo, como no soy experta, no seré la que le diga a los que saben algo de esta pandemia qué tienen que hacer con los niños, pero sí sé que empezamos a estar muy hartos y que ya no sé si tenemos más miedo al Coronavirus o al Gobierno.

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Podemos es un riesgo en cualquier situación, pero en un momento de excepcionalidad, como el que estamos viviendo, se han convertido en un arma de destrucción masiva de la democracia y de nuestros derechos. Y no hace falta demostrar nada, con coger las hemerotecas, videotecas o fonotecas podremos darnos cuenta qué regímenes políticos son los modelos a imitar por Pablo Iglesias y los suyos: Venezuela y las dictaduras. Ellos aprendieron de Chávez y después de Maduro, por tanto, ya sabemos lo que nos espera: hambre, miseria y falta de libertades.

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