Iván Teruel es un catalán que, como tantos, proviene de la inmigración y su libro ¿Somos el fracaso de Cataluña? se integra en ... esta noble tradición de literatura testimonial, por más que el autor no renuncie en ningún momento a elevarse a una alta dimensión de la verdad: “¿Cómo se pasa de la anécdota a la categoría –se pregunta con admirable insistencia- cuando no se tiene ni el altavoz de los medios ni el aval de la academia, cuando uno tiene la memoria de los hechos puntuales que quedan sepultados en la aparente irrelevancia de lo cotidiano y personal?”.

Publicidad

En el libro se narra la llegada de sus ancestros a Cataluña durante los años cuarenta y, además, nos cuenta la toma de conciencia que significaron para él “aquellas aciagas jornadas de octubre de 2017 en las que el independentismo rampante perpetró el intento de golpe de estado a la democracia”.

Dicho trayecto, sin embargo, se encuentra mediatizado por etapas en las que la voluntad de integración en la ideología dominante se materializa a través de la asunción de algunos de los dogmas principales que el independentismo ha logrado llevar al imaginario de la ciudadanía.

En palabras del propio Teruel: “Pero con todo aquel arsenal de justificaciones –ahora me doy cuenta- no estaba sino reconociéndoles la propiedad de la tierra, no estaba sino asumiendo que familias como la mía, según la expresión, vivíamos en una tierra prestada de la que ellos, los nacionalistas, eran los arrendadores”.

Publicidad

Lo que se deduce del libro que aquí se comenta es el impulso totalitario que ha invadido al nacionalismo catalán, que en palabras del analista Manuel Ruiz Zamora, es un totalitarismo que sólo recula si encuentra un poder superior que se le enfrente. Desde dicho punto de vista, testimonios como el que nos ofrece Iván Teruel, así como otros que, deseablemente, habrán de aparecer en el futuro, dejarán constancia de un estado de cosas virtualmente inasumible para cualquier democracia”.

En verdad, este libro, en su profundo mensaje, nos dice algo elemental: con el nacionalismo no caben enjuagues, sino luchar de frente contra él y con la ley en la mano. No se trata de pactar sino de ganar, porque el resto de los españoles, incluidos los que viven en Cataluña, no queremos que nos destruyan sino destruirlos a ellos. Y podemos hacerlo. No valen paños calientes; se trata de bajarlos del burro y usar en su contra los muchos medios legales que otorgan la Constitución y las leyes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad