Alfonso Fernández Mañueco anunció ayer el cierre perimetral de Castilla y León desde mañana viernes hasta el 9 de octubre, como medida para evitar, entre ... otros movimientos de población, que la entrada de madrileños durante los dos próximos puentes aumente los contagios en la Comunidad. Mañueco ha coordinado esta decisión con el presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pero no con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de su mismo PP, que prefiere ensayar un confinamiento limitado al puente de Todos los Santos en lugar de extenderlo dos semanas.

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Ayuso representa en la gestión de la pandemia el polo opuesto de la estrategia de Castilla y León: busca tomar decisiones avaladas por los expertos y por los resultados y no da por hecho que las restricciones que más dañan a la economía tengan por fuerza que ser las mejores contra el virus.

Mientras Ayuso argumenta que es partidaria de cierres circunscritos a las zonas más afectadas, y la evolución a la baja de casos en Madrid avala su estrategia, cabe preguntarse en qué expertos y sobre la base de qué estudios se apoya Mañueco para anunciar catorce días de confinamiento perimetral. No hay que dar por hecho que el encierro durante catorce días vaya a resultar más certero que cerrar solo en los puentes, cuando se produce el éxodo de ciudadanos de unas regiones a otras.

Da la impresión de que las medidas que está adoptando la Junta de Castilla y León no responden a informes y análisis rigurosos de los expertos sobre las diferentes opciones sino a una voluntad de aplicar restricciones cuanto más duras mejor, independientemente de si se ha probado o no su eficacia, en incluso aunque se haya probado su ineficacia.

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Es el caso del confinamiento perimetral de Salamanca y Valladolid, que estuvieron cerradas una semana, al cabo de la cual Sanidad levantó la restricción y el vicepresidente Francisco Igea reconoció que la prohibición de salir de las capitales no había resultado eficaz. No reconoció Igea el coste social y económico de ese ejercicio fallido pero admitió que no había servido para nada (sin que nadie haya pagado por tan grave error). Y sin embargo, ahora el número dos de la Junta vuelve por el mismo sendero y se declara partidario del ‘método vasco’ que incluye el confinamiento perimetral de todos las localidades de una Comunidad autónoma. ¿Insistimos en el error?

El mismo Igea, se supone que asesorado por los mismos expertos, era partidario en mayo de aplicar un tratamiento diferente a cada área de salud y a cada pueblo a la hora de ir desconfinando a sus habitantes. Ahora se opta por el trazo grueso y las restricciones generales sin que conozcamos la base científica de semejantes bandazos.

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Si, como parece y tal y como desea Igea, que es quien en la práctica impone su criterio en esta ‘batalla’, nos encaminamos a un confinamiento prolongado de las ciudades y pueblos de toda la Comunidad, habría que recordar que hace solo unos días en Salamanca arreciaron las críticas contra decisión de confinar solo la capital, sin incluir en el mismo perímetro a los pueblos del alfoz que mantienen con ella relaciones laborales, sociales y económicas estrechas y vitales. ¿Ha tomado nota de esa propuesta el presidente de la Junta, que ha sido hasta hace poco alcalde de Salamanca y que por tanto conoce bien la realidad de este entorno, o volverán a cometerse los mismos errores que hace solo dos semanas?

Igea también es partidario de llevar a Castilla y León “hacia el escenario más restrictivo posible”, mientras que Mañueco viene sosteniendo un discurso menos drástico. En realidad, presidente y vicepresidente de la Junta llevan varias semanas de periplo por los medios de comunicación nacionales con mensajes distintos e incluso contradictorios. Así no se consigue concienciar a los castellanos y leoneses de la necesidad de respetar las normas con las que tanto el Gobierno como la Junta pretenden que los ciudadanos frenen los contagios. Y mucho menos se consigue con eslóganes de propaganda ‘estilo Iván Redondo’ como ese invento del “autoconfinamiento inteligente” que lanzó ayer Mañueco.

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Argumentar y convencer a los castellanos y leones de que las medidas adoptadas por la Junta tienen un sentido y una base científica que asegura buenos resultados, además de profundizar en una campaña para concienciar a esa minoría irresponsable que se salta las normas, sería la mejor manera de explicar decisiones difíciles de comprender como la de los confinamientos. Eso mejor que recurrir a lugares comunes como que “el virus no entiende de fronteras, de colores políticos, ni de ideologías”, o que “hay que “apostar por sumar”, como dijo ayer el presidente de la Junta.

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