Propaganda y estrategia de comunicación: eso es a lo que se dedican en La Moncloa. Visto lo anterior: ¿de qué quieren que hablemos hoy, tanto ... Pedro Sánchez como Iván Redondo? Pues del panfleto que presentaron ayer. No pienso entrar en su juego. Puede que sea importante pensar en el horizonte 2050, pero para llegar a entonces habrá que ocuparse de lo urgente como es Marruecos. Supongamos que forma parte del Gobierno de Sánchez un ministro que ha sido embajador en Marruecos durante seis años; supongamos que esa persona siga teniendo un contacto fluido y estrecho con las autoridades de este país y que está al tanto de lo que allí sucede; supongamos que ese ministro tenía prevista una reunión a principios de este mes con su colega del Ejecutivo de Rabat, que, además, es persona muy cercana al rey Mohamed; supongamos que esa reunión se suspende en el último momento, con menos de veinticuatro horas de antelación, argumentando problemas de agenda; supongamos que entonces ya se conoce que un enemigo de Marruecos, como es el líder del Frente Polisario, se encuentra en España recibiendo tratamiento médico; supongamos que ese ministro de Sánchez conoce todo lo anterior y mucho más por sus relaciones con los de Rabat y porque tiene propiedades inmobiliarias en el vecino país. ¿Que todo eso es mucho suponer? Pues no: lo anterior no es suposición, sino realidad.
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El ministro español en cuestión se llama Luis Planas, que fue embajador allí, que mantiene estrechos lazos, con casa incluida, en el vecino país, y que presume de contactos. ¿Acaso convocó Sánchez a Planas para preguntar si podría pasar algo por ayudar al líder del Frente Polisario? Visto lo visto, si llamaron desde Moncloa al titular de Agricultura, este no debió explicarse muy bien, lo que es grave, porque Marruecos llevaba varias semanas mandando mensajes muy claros. Y si se explicó bien, pero los de Moncloa y otros departamentos no tuvieron en cuenta sus indicaciones, habrá que sacar como conclusión que Planas pinta muy poco en este Gobierno. Y un último dato a tener en cuenta: supongamos que un miembro del Ejecutivo de Pedro Sánchez está casado con la directora de la oficina en España de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) de la ONU, que, es de suponer, algo debe saber de la vertiente migratoria del problema global que hay en las relaciones entre España y Marruecos. Pues también se da esa coincidencia: se trata de María Jesús Herrera, que, casualmente, y no es suposición, es la mujer de Luis Planas. Fue nombrada para este puesto, muy bien remunerado con cargo a nuestros impuestos, durante el Gobierno de Zapatero y Rajoy la mantuvo. Todo lo anterior no son suposiciones, sino hechos.
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