Dime una cosa, así entre tú y yo, que ya tenemos confianza ¿no? ¿Tú qué prefieres, ponerte a una sombra de una sombrilla, o a la de un edificio? Porque yo siempre he pensado que hay sombra de primera, de edificio grande, fresca de verdad, y sombra de segunda, de sombrilla a la que le está pegando el sol y está ya recalentada. ¿Es mejor estar a la sombra que al sol ahora que empieza el calor? Pues claro, en eso estamos todos de acuerdo, pero las sombras no son iguales.
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Vale, empezamos la temporada de terraza. Y entiendo perfectamente que el Ayuntamiento haya reducido las enormes terrazas que les concedió a los hosteleros por el tema de la covid, tenemos que volver a la normalidad. Que los hosteleros se vieron beneficiados en detrimento, por ejemplo, de las personas que tenían que aparcar y perdieron muchas plazas. Pero era el momento adecuado y tenía sentido hacerlo. Ese momento ha pasado.
Ahora sí, hay cosas que no entiendo. Ahora se supone que, desde la fachada del bar, hasta las mesas, hay que dejar un espacio mínimo de 1,8 metros. Vale vamos a ver lo que eso supone. En primer lugar, en ese espacio de 1,8 metros se van a cruzar clientes del bar, camareros con la bandeja y la gente en general que vaya andando por la calle. Camarero con bandeja llena y tránsito de gente no me parece muy buena idea. En segundo lugar, adiós a la sombra de primera del edificio del propio bar, adiós a los toldos que muchos bares tienen instalados. Ahora las calles estarán más sobrecargadas porque los bares no tienen más remedio que sacar las sombrillas. He pensado en los dueños de los bares y en los que vamos a esas terrazas. Pensemos ahora en las personas que van por la calle, vamos los peatones. Yo voy más cómodo caminando al lado de las mesas, por mi sitio, que si tengo que ir caminando entre ellas. Mesa a un lado, la pared del edificio al otro, camarero que entra y sale... Mejor ir por mi sitio, mío, para mí, y no tener que entrar en todo eso, vamos digo yo. No entiendo esta medida. De verdad que no la entiendo. Igual alguien me la puede explicar y ya le veo el sentido, pero, a día de hoy, no. Yo sé que en un ratito bajaré a uno de mis bares de cabecera (todos deberíamos tener un bar, una farmacia y un librero de confianza... como mínimo) y miraré con pena esa sombra maravillosa que da el edificio, y veré las mesas a pleno sol, y me dará algo de rabia por no entender nada, y me quedaré en la barra porque yo, que soy de pelo escaso (qué elegante eh) eso del sol lo llevo bastante mal.
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