Comprendo a quienes les repugnan los sesos, y a quienes detestan las turmas, puag. Pero uno los comió de chico, creyendo que de lo ... que se come se cría, y es capaz de engullir de una sentada un revuelto de sesitos de cordero, o unos filetillos empanados de testículo de toro, mejor bravo. Un respeto a las casquerías, a las vísceras y despojos de animales, en una provincia que ha enaltecido, que rica, la jeta de gorrino asada. Pero atentos los varones al contenido de sus cráneos y escrotos. Unamuno, en carta a Azorín (1907) criticó “la bárbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo (tienen testículos en vez de sesos en la mollera)”. Si así fuera, todos los castellanos padeceríamos de cojonudismo, término inventado por Don Miguel, para denostar a los que actúan atropelladamente y piensan con los cojones (no con “la masa encefálica”, que era como apodaban al pensador Ortega y Gasset). El cojonudismo se consagró cuando Alfonso XIII, “El africano”, envió el famoso telegrama al general Silvestre (Anual), con aquel campechano “¡Olé tus cojones!”, ahora hace cien años.

Publicidad

Pero de lo que trato no es del supuesto valor, de actuar insensato, “por mis cojones”, sino del peso del felipe y el ambrosio, que es como se llamaron toda la vida los testículos de los varones (Eunucos y rencos abstenerse). Ahora resulta que el que suele colgar más -como el marmóreo del David de Miguel Ángel-, que es el izquierdo, tiene su sentido político, manda güevos. Como pesa más, la izquierda política se identifica con ese huevo. ¡De cojones cenamos y eran patatas! El debutante de El País -Señor, qué país-, Sánchez Cuenca, que ya dije trasantier que fue profesor en la USAL antes de ser catedrático y figura, titulaba ayer su segundo artículo “Asimetría política (y testicular)”. Tras defender sin rebozo a Podemos -según él, partido democrático, jaja-, frente a Vox, concluía así: “La asimetría más llamativa se produce en los machos de la especie humana, cuyo testículo izquierdo cuelga más bajo que el derecho. Por algo será”. ¡Con un par!, don Ignacio. Hala, otra pluma sectaria al arrogante diario, otro opinante al pesebre sanchista. Alguno querrá colgarle por los cataplines. Con su pintoresca versión, el 65% de los machos -porcentaje aceptado científicamente a los que le cuelga más el cojón izquierdo-, serían políticamente zocatos. ¿No les recuerda esta tesis las cocinadas encuestas de Tezanos? Si ya lo dice la copla: varones, no se lo pierdan, si les cuelga el huevo izquierdo, no crean que son tan lerdos, simplemente... son de izquierdas.

Cocina, un revuelto de sesos de cordero para don Estella. ¿Oído?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad