Último fin de semana de un mes de agosto caluroso, entrecortado y amenazado por todos los frentes: prensa, radio y televisión. No hay tertulia, ni ... opinador que nos den buenas noticias. Aún no ha terminado y la furia de la crisis asoma por los cuatro puntos cardinales. Menos mal que la Mariseca ya luce en la espadaña del Ayuntamiento anunciando que Salamanca tiene prórroga, porque nos faltan las Ferias y Fiestas grandes de la ciudad. Pero como si se tratara de algo premonitorio, todo se acelera.
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El fin de semana próximo del viernes 2, sábado 3 y domingo 4 se inauguran Septiembre y nuestras Ferias, y lo hacen con dos actos de envergadura donde todo el público, local y provincial disfrutará. Nos referimos a ‘Salamaq 22: Feria del sector agropecuario, con su exposición internacional de ganado puro’ y el ‘LXXI Concurso Hípico Nacional de Saltos de Obstáculos ’, que a pesar de ser la primera vez, que yo recuerde, que se celebran tan pronto, se esperan con mucha ilusión para disfrutar de ellos sin ningún tipo de restricción sanitaria.
Concretamente el Concurso Hípico no se pudo celebrar los dos años del Covid y todos los salmantinos estamos deseosos de volver a unas fiestas normalizadas para saborear conciertos, fuegos, actos, toros, ferial y lo haremos con las ganas de un pueblo que desde siempre, disfruta de sus Ferias y Fiestas como colofón del verano y preludio del otoño, ese que nos presentan tan complicado.
Este ojo que observa lo hace con cierta inquietud, puesto que parece que los hados, aquellos que en la tradición clásica se identificaban con unas fuerzas desconocidas que obraban de manera irresistiblemente feroz sobre los dioses, los hombres y los sucesos, han conducido a nuestras Ferias y Fiestas a adelantarse en el tiempo. Seguramente para disfrutar de ellas antes de que venga Pedro con sus rebajas y de que Europa nos asole con su particular espada de Damocles y nos cercene los pocos buenos recuerdos de las vacaciones perdidas. Pero desde esta columna nosotros no los convocamos, con el sentido trágico sino todo lo contrario, apelando al sentido de “fortuna” y “suerte” pues consideramos que nuestras Ferias y Fiestas son necesarias y además nos merecemos disfrutarlas después de un tiempo complejo de pérdidas y ya va siendo hora de tener también los anhelados reencuentros, antes de que se nos echen encima los nueve meses de invierno.
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La vida es un bien demasiado perecedero como para no disfrutar de las pequeñas cosas que tiene y en una comunidad como la nuestra, las Ferias de septiembre son una de ellas. Aún recuerdo cuando era niña y acababa agosto que pensaba: “Bueno, aún nos quedan las ferias”. Hoy solo deseo para todos que las disfrutemos sanamente y gracias a esta prórroga en Salamanca, no pensemos en el otoño venidero, que inexorablemente llegará, pero como decía el sabio: “Cuando lleguemos a ese puente, cruzaremos ese río”.
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