En mitad de un caos delirante (y mortal) en lo político, lo sanitario, lo social y lo económico, Salamanca añade el verse ahora amenazada con ... su confinamiento. Todo miedo y amenazas, y no parece que estemos libres nadie de esta hornada de políticos que está acabando con España y con su funcionamiento más cotidiano; una hornada que es sólo el ejemplo de un país que ha tocado fondo tras cuarenta años de corrupción y de abandono al que se ha sumado la sociedad a bordo de un BMW de segunda mano. La España de las apariencias nos devoró desde que el socialismo de Felipe González comenzara a utilizar a los ciudadanos como cobayas para un mundo nuevo y, sobre todo, bien dirigido desde el poder, ya fuera este la Moncloa, las aulas de un instituto... o el sofá de casa ante el televisor. Sánchez e Iglesias no son más que lodos radiactivos de aquellos barros de nuevos ricos sin escrúpulos que hoy tienen cargo de conciencia (González, Guerra, Corcuera, etc) ante el colapso inminente.
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Ocho meses conviviendo con el coronavirus, y ocho meses viendo cómo España se va a la mierda, mientras los ciudadanos sufrimos en nuestras vidas y en nuestras muertes la ineptitud asfixiante de los políticos, de todos ellos. En la “gestión” de la pandemia no se libra nadie, nadie, ni políticos ni los chupatintas que les rodean, con Fernando Simón a la cabeza. Y si les soy sincero, la más valiente me parece Isabel Díaz Ayuso, aguantando carros y carretas propias y ajenas, por no hablar de machistas, salidos y acomplejados.
De Salamanca, de Castilla y León, qué decir que no veamos. Tenemos al frente de la Sanidad regional a una señora que venía con el título de ¡¡mejor médico del mundo!! (me muero de la risa, pues no sé en qué tómbola se dan semejantes diplomas). La señora Casado podrá ser médico mundial, pero el cargo de consejera de la Junta le ha venido enorme. Me conformaría con que fuese un buen médico de pueblo. Y otro tanto podríamos decir del vicepresidente Igea, también médico. Gran receta la de ambos: encerrarnos... ¿y un caldito quizás?
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