No sé de qué nos extrañamos cada año cuando el Gobierno de turno hace públicos los Presupuestos Generales del Estado, que es donde aparece lo ... que se invierte en cada provincia. En general siempre hemos recibido bastantes migajas.
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Por eso no es nada raro que el Gobierno que preside el señor Sánchez nos haya vuelto a hacer una “pedorreta”. No pintamos nada ni en número de habitantes ni nos temen por los representantes que tenemos en el Congreso de los Diputados. Si nuestros votos o los de las señorías que nos representan fueran tan decisivos como lo fueron en su día los de CiU o ahora los de los bilduetarras, otro gallo cantaría. Poco importa Castilla y León y mucho menos Salamanca, que está al oeste del oeste y que no se nos tuvo en cuenta ni cuando el bejarano Jesús Caldera fue ministro y le endiñó al inútil de Zapatero un plan extraordinario de inversiones, llamado Plan del Oeste, que se quedó durmiendo en el sueño de los justos del Ministerio de Trabajo que presidió el de Béjar. Lo único que se llevó a cabo y porque ya estaban iniciadas, fueron las autovías. Del resto nadie quiso saber nada.
No hemos sido nunca decisivos para nada. Solo en los años 2000 las cuentas del Estado nos favorecieron un poco y fue porque éramos de las pocas provincias que no teníamos ni un kilómetro de carretera nacional convertido en autovía, ¡qué ya es decir! No quedaba más remedio que hacer un esfuerzo de inversión y era evidente que los números aparecían abultados.
El anteproyecto de presupuestos para el próximo año contempla miserias para Salamanca. La electrificación del tren a Portugal, una infraestructura fundamental para desarrollar esta provincia como punto de intercambio de mercancías desde los puertos marítimos del norte y centro del país vecino, se pospone hasta el 2027. Una tomadura de pelo en toda regla que tiene difícil explicación para los parlamentarios socialistas por Salamanca. Si fueran críticos seguramente se verían eliminados de las listas electorales del próximo año.
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El mismo futuro le espera a la rotonda de Buenos Aires, que tantos accidentes ha ocasionado, convirtiéndose en uno de los puntos negros de España. No se sabe ni cuándo se va a redactar un nuevo proyecto para solventar el enlace entre la A-66 y la A-62. Se reduce también la inversión para la futura Casa de la Ciencia, el proyecto que apadrinó recientemente el Ministerio de Ciencia e Innovación a través de la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Eloísa del Pino. Si el presupuesto inicial era de 600.000 euros, en el proyecto de inversiones para el próximo año se ha reducido drásticamente hasta los 200.000, los mismos que se tenían que haber invertido este año y que no se han gastado.
No nos engañemos, nada ha cambiado. Desde hace años no hay un proyecto nuevo para Salamanca y los que hay, se van retrasando y recortando. Cada vez pintamos menos y eso se nota en las cuentas.
Lamento enormemente el papelón que tienen que hacer los parlamentarios socialistas por Salamanca. El diputado David Serrada y el senador por designación autonómica, Fran Díaz, hicieron ayer una verdadera interpretación sobre las tablas de la sede del PSOE de Salamanca.
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¿Pero quién se cree que estas cuentas favorecen a la mayoría social de la provincia? Le he preguntado a mi vecina, que este año ha sufrido la desgracia del desempleo y no sabe cómo va a pagar la luz y la calefacción, y se ha llevado las manos a la cabeza. Defender lo indefendible es muy, pero que muy difícil.
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