Si Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez han conseguido arreglar lo suyo, o casi (también en el Congreso se han amansado las aguas), ... tengo fe en que los bandos empresariales salmantinos se pacifiquen, como San Juan de Sahagún pacificó en su tiempo los bandos nobiliarios, y que el abrazo de la patronal local quede inmortalizada en fotografía, como aquella quedó plasmada en los bronces de Aniceto Marinas en la fachada del templo patronal. El propio templo es un abrazo de los estilos arquitectónicos que forjaron las iglesias salmantinas e incluso las piedras de al menos dos de ellas, San Mateo y Santa Eulalia (posiblemente, también San Justo), sirvieron para alzar esta ofrenda al pacificador de los sangrientos bandos, origen del nombre de la histórica plaza salmantina, única en el mundo, pues no sé de ninguna más que esté dedicada al bandismo. No será hoy, ni mañana, y quizá los líderes empresariales que le ponen cara a la división, José Vicente Martín y Manuel Gómez, ya estén en otra cosa, pero cae por su propio peso que los patronos salmantinos no pueden andar así y menos en estos tiempos graves, en los que desde el Fondo Monetario Internacional al Banco de España nos tienen el ombligo encogido. Uno, por lo menos, lo tiene. Tampoco se puede estar todo el día zurrando a los políticos por no estar unidos en estos momentos, y no predicar con el ejemplo. O elogiar a Mañueco y Carbayo por ensamblar acuerdos en estos tiempos y no hacer lo mismo. Hoy, un acuerdo es un corcho que evita que nos hundamos tanto como dicen que nos vamos a hundir, así que, venga, olviden agravios, dimes y diretes, y pónganse a lo que la inmensa mayoría de la patronal reclama y estuvieron a punto de acordar. Y luego, si eso, ya vemos si hay que hacer o no unos bronces.

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Veremos, también, si Ábalos -al que un amigo llama Don Pimpón y no soy capaz de que me dé explicación del mote- hace caso al alcalde para el asunto del tren, cuyos servicios nos saben a poco y en esto coincidirán José Luis Mateos, líder de la oposición socialista municipal, y Fernando Pablos, el boss del PSOE en la provincia. Nos merecemos más trenes y mejores, y no para que nuestros jóvenes tengan más oportunidades de fuga, sino para que los madrileños y los del infinito y más allá vengan, facilitando así la permanencia de nuestros chavales. Y en esto tienen que estar de acuerdo Pablos y Mateos, como en el hecho de que además de la llamada del alcalde, es obligada la suya. Tengo por ahí el dato de que el año pasado vinieron en el tren Alvia casi cuatrocientos mil viajeros, que son muchos viajeros

En fin, que la necesidad de pacificación está a la orden del día, pero soy una persona con fe en estas cosas. Fe en que en los peores momentos sale lo mejor de nosotros y damos una sorpresa a la especie. De hecho, somos muy de dar sorpresas, ahí está el rey de la tortilla en Almería, que es salmantino, dice un periódico de allá, y hasta el bolso de referencia de la reina doña Letizia en los últimos tiempos en un “Charro” de Carolina Herrera, según las crónicas de moda, que sigo con afición y devoción, como puede suponer. Y dígame si no es un puntazo cambiar la paella festera por tostón, cuando este se encuentra en sus horas más bajas, como se anuncia en algunos pueblos, marcando, quizá, una tendencia que nos encumbre. Así que espero que la patronal y Ábalos nos den una sorpresa buena, como el regreso de referencias de nuestra hostelería (¡bienvenidos!) y el cine (¡por fin!).

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