Pues así a lo tonto y a lo bobo, sin darme apenas cuenta, yo también me enamoré perdidamente de improviso y completamente en serio de ... Carrie Mathison, la protagonista de “Homeland”, teleserie de la que ayer me zampé el último capítulo de la octava temporada, quedando sumido en la más absoluta tristeza y desolación.
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Y me pregunto: ¿Qué será de mí a partir de hoy mismo sin mi dosis diaria de la valiente y guapísima Carrie? ¿Qué sentido tiene esto de encender el televisor y saber que ella no volverá a aparecer ni por casualidad comiéndose toda la pantalla con su carisma, su lealtad, su inteligencia y su heroísmo? ¿Qué haré con mi vida y con mis noches sin poder disfrutar de mi heroína particular? ¿Cómo podré sobrevivir sin perderme por las calles de Estambul, Berlín o Nueva York siguiendo las aventuras de la más sensual y bipolar espía adscrita al servicio de inteligencia estadounidense? ¿Cómo desconectar de tanta malísima noticia que nos rodea en torno a todo lo provocado por este virus? ¿Cómo desintoxicarme de la crispación y la mala leche que me inocula a diario tanto político incompetente en mi espíritu volátil y enamoradizo?
Me he lanzado como un poseso sobre el teclado de mi ordenata escribiendo “¿Cuándo se estrenará la novena temporada de Homeland?” en Google. Nada. Las primeras entradas me devuelven al estreno de la quinta temporada. Otras a la sexta o la séptima y las más recientes al estreno por parte de la FOX de la octava, y atención, qué horror, añadiendo la coletilla de “y última temporada”.
Angustiado y agobiado, paseo a un lado y a otro del salón con la tele apagada, añorando a Carrie Mathison y maldiciendo a esos estúpidos directores y guionistas de la serie que se han quedado secos decidiendo descansar en el momento más intenso, inoportuno y desesperado de mi enamoramiento, cuando ya no poder verla cada día en el salón de estar se ha convertido en un dolor casi físico que me altera y me vuelve tremendamente agresivo. Afortunadamente, luego me calmo.
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Seguidamente vuelvo a sentarme ante el ordenador y escribo “enamorado perdida y ciegamente durante el confinamiento de Carrie Mathison, protagonista del thriller estadounidense Homeland”. Ojalá encuentre aquí solución para lo mío. Les seguiré informando.
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