ESTE ojo que observa, observa... La vieja Europa se encuentra inmersa en la sexta ola de una pandemia que va para dos años y que ... lejos de desaparecer, evoluciona de covid a ómicron, y de aquí vaya usted a saber a qué. Los países de la UE ven cómo sus economías se debilitan: inflación, aumento de precio en las energías, materias primas, cesta de la compra... Si a ello le unimos la bajada espectacular de ingresos por “turismo”, ya que ha caído en picado como consecuencia del momento... Parece que la UE, noqueada, solo mirase su ombligo mientras que, a las puertas de su casa, un gravísimo conflicto está en “fase de saturación”. Me refiero al problema ucrano-ruso, conflicto que ha tenido varias etapas desde el año 2014 con la anexión de Crimea a Rusia (calificada de ilegítima) y la guerra de Donbáss que comenzó ese mismo año y que aún continúa, lo que está poniendo a la UE y a la OTAN al borde de un precipicio bélico con confrontación armada. Si a esto le sumamos que se ha acusado a Rusia, no solo de intentar desestabilizar Ucrania, sino también de inmiscuirse en las elecciones estadounidenses de 2016 y de ayudar al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, a crear una crisis migratoria a las puertas de la UE, la relación entre Rusia y Occidente, en los últimos años, se ha deteriorado.

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A mayores, Rusia se ha establecido como una potencia de referencia en Medio Oriente tras su intervención en Siria y qué decir de su ayuda a Nicolás Maduro en Venezuela, cuando este fue sometido a sanciones por parte de Washington en 2019.

Estas jugadas pueden llevar, sin embargo, a una lectura apresurada y errada de la política exterior de Rusia, según advierte Kadri Liik, analista principal del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores especializada en Rusia. Esta experta advierte que las acciones de Moscú no deben leerse únicamente como un plan para confrontar a Occidente y señala, más bien, que responden a sus esfuerzos de buscar su lugar en un mundo caótico que está siendo delineado por la creciente competencia entre Washington y Pekín. Y yo les pregunto ¿Y entre Washington y Pekín quién está? Europa... Y mientras el mundo se reparte los poderes, se enseñan los dientes en las fronteras de la UE y la OTAN. Mientras nos miramos el ombligo y nos lamemos unas heridas que van a ser pocas, si prospera el conflicto, curiosamente en el mismo territorio que en 1914 y 1945, sencillamente porque Rusia quiere recordar al mundo que es potencia.

“El riesgo de guerra en la región es ahora mayor que en cualquier otro momento de los últimos 30 años”, ha avisado Zbigniew Rau, nuevo presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

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Europa vuelve a ser raptada... ¡Ojalá Dios este 2022 sea de paz!

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