Pocas veces como en estos momentos nos lo están poniendo tan fácil de entender. La rebaja de penas por malversación ha llegado al Congreso después ... de la de sedición cumpliendo el calendario previamente elaborado, rebajando derechos a la democracia con letras mayúsculas. Este y no otro puede ser el resumen cuando adecuamos el Código Penal a las circunstancias que nos favorecen.

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La hoja de ruta la va cantando el portavoz de Esquerra antes de que aparezcan los decretos ley que, por cierto, se publican en un viernes de puente festivo para que la repercusión sea menor. En la mente de todos está hacia quiénes va dirigido este beneficio de penas que realmente nos debería como poco sonrojar. Para quienes pierden la memoria Mariano Rajoy se enfrentó en 2017 a una moción de censura que le hizo abandonar el Gobierno, la moción de censura se basaba en el presunto delito de desvío de fondos a las arcas del Partido Popular. Los beneficiados ahora presuntamente también han desviado fondos de la Generalitat y del Estado a su proceso de emancipación del Estado.

El famoso “Procés” tiene nombres y apellidos y como afirma el mismísimo Alfonso Guerra, legislar para una persona corrompe el Estado. La cuestión, además, es que en las facultades de Derecho van a tener que hacer muchos cambios en el Código Penal manteniendo un clima europeizante.

En el fondo, no es más que adecuar el mapa a quienes apoyan a este Gobierno y así mantener el poder hasta el último día, eso sí, con Presupuestos Generales aprobados para 2023.

Me pregunto cuál puede ser el coste real de este tipo de maniobras políticas que afectan a la judicatura y obligan a sentencias que, como ya hemos visto, favorecen al delincuente. Lo hemos visto en la ley del “Sí es sí”, en la reforma del delito de sedición y ahora lo veremos en el delito de malversación. Da igual que haya enriquecimiento personal o no, la malversación supone la utilización de recursos del Estado, es administración desleal de fondos que son de todos los españoles. Me pregunto si se le dará otra vuelta al “cohecho” a la “prevaricación” o al “tráfico de influencias”.

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Ha corrido mucha tinta en las últimas semanas, los partidos de centro-derecha hablan ya de otra “moción de censura” pero está claro que en esta ocasión no dan los números en la Cámara Baja y esa hoja de ruta de la que hablamos se va cumpliendo para que, con tiempo suficiente, no se note demasiado en las urnas a finales de 2023. Ingeniería política, en definitiva, para seguir manteniendo el poder. Creo que lo debemos pensar todos para tener claro en qué urna vamos a depositar la papeleta.

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