No hacía falta que desvelase una conversación privada para demostrar que sus ya exsocios de Gobierno, es decir el PP, estaban mintiendo sobre la excusa ... que han puesto para adelantar las elecciones. Déjese de exquisiteces, usted ha actuado de una forma poco decente al desvelar una conversación privada, insisto, privada aunque el interlocutor sea un cargo público, por wasap con el consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo.

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Los “populares”, sus antes amados socios, pueden haber puesto excusas de mal pagador para convocar de forma anticipada las elecciones, pueden incluso haber mentido en los argumentos utilizados, pero a usted no le hace más digno, más honesto y mejor político echar mano de unos mensajes privados para demostrar la mentira, señor Igea. Usted se ha convertido en una persona poco fiable. ¿Quién se va a atrever a mandarle ahora un mensaje o un wasap, o incluso hablar con usted sin temor a que se coja un cabreo de tres pares y lo cuente todo? No señor Igea, el hecho de que el que tiene enfrente o su socio sea un mentiroso no le da a usted derecho a cometer tamaña deslealtad con una persona que ni siquiera tiene la potestad de convocar los comicios.

Convenza con argumentos y no con deslealtades, porque dicen muy poco de usted como persona. Y nunca las malas artes de otros puede servirle de excusa para sus nefastas y tristes actuaciones. Que Mañueco, al que pasó de despreciar en campaña a halagar en el Gobierno, para más tarde insultar y vituperar, ha elaborado un argumento zafio para convocar unas elecciones porque electoralmente les interesaba, puede ser. Los electores lo juzgarán.

Puede que las formas y los tiempos de anunciar los comicios no hayan sido los más ortodoxos, fundamentalmente para un pobre partido que está en descomposición. Pero que nadie se engañe, porque hasta el ciudadano del último pueblo de Castilla y León tenía claro que antes del 10 de marzo Mañueco convocaría elecciones, porque había un riesgo cierto de que Tudanca volviera a presentar una moción de censura con el respaldo de alguno de los que todavía quedaban en Ciudadanos. El pasado marzo, el PSOE ya convenció a la exnaranja María Montero y a punto estuvo de que otras dos cayeran. Nadie podía asegurar que algún procurador más no se dejara seducir por el PSOE y a partir del 10 de marzo próximo, esta vez sí, prosperase la ansiada moción de censura de Tudanca, que sería la que le salvaría de poner fin de forma abrupta a su trayectoria política.

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No hay ninguna duda de que ni al PSOE ni a Ciudadanos les convienen estos comicios. No les vienen bien porque no es cuestión de tener o no tener fe en las encuestas publicadas, es que ya se celebraron comicios en Madrid hace poco más de siete meses y los madrileños sacaron de las urnas de un plumazo al partido naranja y al PSOE lo mandaron a la oposición.

Y gracias a que Ciudadanos se ha convertido en un partido irrelevante, el señor Igea es el candidato a la Junta por obra y gracia digital, que imagino que no le habrá gustado porque él defendió las primarias como el que más, pero tampoco nadie estaba dispuesto a dar la cara para que se la rompan en las urnas. En eso hay que reconocerle valentía a Igea. Si no fuera así, ni Gemma Villarroel, coordinadora de Cs en Castilla y León, ni el todavía presidente de la Cortes, Luis Fuentes, le hubieran permitido ser el candidato con tanta facilidad. Ni siquiera Inés Arrimadas hubiera pasado por alto la designación digital de quien fue su oponente y ha sido su principal adversario dentro de la formación.

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En fin, usted sabe que es un magnífico orador, pero lo que ha hecho desvelando una conversación privada con el consejero de Economía para demostrar “su verdad” es un acto deleznable, que le convierte en sospechoso.

Lo siento don Francisco, no sé si sus antiguos socios serán de fiar, pero usted ya ha demostrado que no lo es desvelando conversaciones privadas.

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